Un verano en el '85 es para calor y helados, en Hawkins es para descubrir enemigos del país y de otra dimensión.
Robin Buckley x fem oc!
(slow!)
no. 1 #mayahawke (05/08/2024)
no. 3 #haileesteinfeld (14/08/22)
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╭───────╮ ᴘᴀʀᴛᴇ ɪɪ ╰───────╯
Como así lo sospechó, el trayecto a la casa de Robin fue en un pulcro silencio, que solo se vio interrumpido cuando la chica le agradeció y Darcy le respondió con que no era nada. Podía escuchar la respiración de Robin, a pesar del ruido del motor; seguía sonando agitada, igual que antes de haber subido al auto, y de reojo podía notar su pecho subir y bajar como si estuviera presenciando algo que le quitaba el aliento.
Darcy se preguntó si acaso Robin tendría problemas respiratorios.
—Es ahí —señaló, apuntando a una casa sencilla cercana.
Darcy estacionó el auto enfrente del hogar de Robin, notando las luces del interior encendidas. Sus padres debían estar esperándola y se preguntaba si acaso les diría que estuvo traduciendo un código ruso todo el día.
Salió de inmediato, ayudándola a bajar su bicicleta. Reconocía que era demasiado tarde como para que Robin fuera por su cuenta, hubo un tiempo en el que Hawkins fue demasiado tranquilo para su propio bien, pero desde la sospechosa desaparición de Will Byers, el año antepasado, Darcy sabía que la tranquilidad jamás volvería por completo.
Robin sostuvo la bicicleta su lado, pasando un mechón de su corto pelo por detrás de la oreja. Darcy observó muy atenta la calle al no entender por qué no avanzaba.
—Así que... ¿Irás mañana? —preguntó de repente, dejándola sin palabras, más que a su rostro pensándolo.
La verdad era que no pensaba hacerlo, la traducción era correcta y ahora solo tenían que descifrar el código, cosa que ya no le interesaba tanto. Además, tenía trabajo que debió haber terminado ese día. Pero los ojos de Robin parecían rogarle en silencio, cosa que no comprendía pues dudaba que ella la considerara su amiga.
—Espero que sí —logró decir, sin dejar de verla. Por un momento, Darcy apartó la mirada, frunciendo el ceño, ¿por qué carajo le decía que sí si no quería volver a salir del taller? No quería reconocer que una parte de ella temía con quedar mal con ellos, después de todo, ella fue quien se ofreció a ayudar.
Robin sonrió, de verdad, no como Darcy lo hacía. Sus cejas se alzaron, mostrando a sus ojos anhelantes, como si estuviera viviendo un sueño. Su sonrisa no era tan abierta, pero no había duda de que era una verdadera. Sus mejillas estaban relajadas y se levantaban con sutileza, haciendo entrecerrar sus ojos. Hubo un largo silencio, con Darcy siendo la única notándolo.
—¿Estás bien? —inquirió, pensando si acaso Robin quería verla sonreír de vuelta.
No solo fueron sus mejillas las que se tornaron de un violento rojo, todo su rostro lo hacía. Balbuceó algo que parecía una despedida y corrió con la bicicleta a un lado a su casa, dejando a Darcy de pie en la calle, observándola entrar.
