XV.ii

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ᴘᴀʀᴛᴇ ɪɪ
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Las respiraciones se volvían más pesadas sin presenciar algún peligro y solo interminables pasillos. Robin fue quien distinguió la amenaza cerca, arrastrándolos a un escondite cuando el sonido de un motor se escuchó cerca. Steve los empujó, conteniéndolos a todos como un sándwich cuando vieron al carrito pasar.

La adrenalina de ser atrapados mezcló los latidos de Darcy al sentirse pegada al cuerpo de Robin, mientras se escondían, esperó que ella no sintiese a su corazón retumbarle contra el pecho.

Despejado Steve fue el primero en salir.

Robin por fin dejó de ver hacia la pared repleta de voces invisibles, encontrándose cara a cara con Darcy. Si acaso pudiera ver su reflejo, podía asegurar que Robin era el suyo; compartiendo una cara asustadiza y el rostro colorado como lo sentía arder.

Se apresuró en seguir a Steve, temiendo estar desarrollando claustrofobia en el peor momento.

Demasiado cerca, Harrington masculló, llegando a su lado, evitando cualquier mirada.

Tranquila, nadie nos vio...

Sus quejas quedaron en el vacío, encontrando frente suyo lo más cercano a un avanzado laboratorio. Personas con batas, uniformes y extraños atuendos rojizos con máscaras que hacían a Darcy creer vivir una historia de terror. Y armas, demasiadas para contar, pero que podían garantizarle el retorno a su hogar en una caja.

Steve volvió a arrastrarla a un escondite, pudiendo haberse congelado a mitad del pasillo con un grupo de rusos a nada de dispararle.

Sería una cómica desgracia su final, no existía ni una oportunidad de salir con vida. ¿Lo peor? Habían llegado tan lejos como para simular estar ahí por error.

Lo vi habló Erica a su lado—. Primer piso, noroeste.

Intentó ver por detrás de la caja donde se escondían, pero solo encontraba puertas y escaleras.

La sala de comunicación aclaró la niña. Darcy se percató de su temblor en el intento de sostenerse—. La puerta se abrió un segundo y vi un montón de luces, máquinas y cosas.

Volvió a Steve, creyendo muy poco la probabilidad de haberlo encontrado tan rápido.

Yo le creo defendió Robin.

Steve volvió a ella, consciente de la opinión que compartían, pero no podían quedarse a esperar que volviera a abrirse la sala. Darcy suspiró, asintiendo con pesadez.

Ice Dream |Robin BuckleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora