XIII

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A Darcy ya no le importaba si no sería capaz de volver a hablar por un tiempo, solo quería en este momento gritar por su vida y por que esos botones funcionaran como debían.

¡ᴘʀᴇsɪᴏɴᴀ ᴜɴ ᴘᴜᴛᴏ ʙᴏᴛᴏ́ɴ!

¡ᴇs ʟᴏ ϙᴜᴇ ʜᴀɢᴏ! le gritó Dustin, golpeando todos los botones posibles mientras gritaba en coro junto a Steve.

Con Robin sosteniéndose a su lado, intentaron acercarse hasta los niños, sin poder mantenerse firmes aun aferrándose a los estantes. Dustin volvió a presionar un botón, mientras por fin dejaron de caer, haciendo a todo y todos levitar por un instante, cayendo con más fuerza de la necesaria.

Sin haber podido amortiguar su caída, la falta de aire no fue solo por el golpe, sino por el cuerpo que cayó sobre Darcy. A pesar de quererse haber sostenido, Robin se encontraba encima de ella, impidiéndola ver con el cabello en su cara aún con la cercanía.

H-hey Robin volvió balbucear una vez que se sostuvo con el cuerpo de Darcy entre sus brazos.

Darcy se apoyó con sus codos, alzándose aún con la chica sobre su regazo, la vio levantarse con dificultad, dándole espacio para sentarse. Culpó al golpe en la cabeza afectarle sus sentidos, siendo más perceptible el efecto de Robin sobre ella junto a los ojos azules, absortos, sobre los suyos. Con su respiración agitada siendo audible por la cercanía, podía verla sostenerse los labios entre sus dientes.

Ni Darcy sabía la insistente curiosidad que tenía por acercarse cada vez más a ella y que fuera Robin quien detuviera todo. Sentía consciente cada acción que pensaba, excepto por la razón que la motivaba a actuar, y solo su respuesta la podría hacer rebelarse.

¡Dustin, quítame esta caja! gritó Steve en la esquina sobre el peso en su entrepierna. Darcy recordó a las demás personas en la sala, no siendo solo ellas como por un momento pensó.

Se levantó a la par de la chica, ambas dirigiéndose en caminos opuestos. Se apresuró hasta el cuerpo aplastado de Steve, librándolo de la pesada caja mientas él seguía chillando por la nefasta calidad de los rusos para hacer elevadores. Se mantuvo alejada del resto, observando una posible falla si seguían golpeando los botones como si por milagro de la fuerza bruta se fuesen a abrir.

¡Steve, vas a dañarlos! gritó con la garganta adolorida.

¡Son botones, deben hacer algo! reclamó de vuelta, ignorando su comentario e insistiendo con ellos.

Si tuviéramos la tarjeta repuso Robin, haciendo a todos girar hacia ella. Es una cerradura electrónica. explicó, comparándola con la entrada que tanto protegían los hombres armados.

Ice Dream |Robin BuckleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora