Capítulo 22: Intervención

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Qinghe Nie era la secta anfitriona de la conferencia de discusión de ese año y recibieron a todos los invitados con un banquete de bienvenida como era costumbre. El líder Nie y su familia les dieron la bienvenida, sirvieron la comida y ofrecieron una exhibición de artes marciales como entretenimiento para la velada.

Solo Nie Mingjue acompañaba a sus padres, su hermano era aún demasiado pequeño para esos eventos, pero en cuanto la comida terminó, Madam Nie se levantó y fue evidente que el líder Nie le pidió a su hijo que la escoltara hasta su habitación.

Lan Qiren había acompañado a su hermano que ahora conversaba con el líder Nie. Jiang Fengmian había sido abordado por Jin Guangshan y se notaba que no tenía intención de hacer una conversación corta. De todos modos no deseaba convivir con nadie, él realmente no quería estar allí porque extrañaba mucho a sus bebés.

De repente sintió un ligero tirón en su manga, aunque al voltear no encontró nada. Quizá había sido solo su imaginación, pero antes de que pudiera volver la vista al frente volvió a sentir el tirón y ahora sí descubrió que bajo una de las gruesas cortinas verdes del salón salía una mano pequeña y luego se asomó una pequeña cabeza. Era el menor de los Nie que lo miraba con grandes ojos expectantes. —Lan-xiansheng...

Dudó un instante en responder porque había olvidado su nombre de nacimiento. —Nie Liao...

—Shhh —le respondió retrocediendo hasta quedar nuevamente oculto por la cortina, pero tras un instante se volvió a asomar—. Me estoy escondiendo.

Podía verlo, pero no entendía por qué le estaba hablando si debía estarse escondiendo. El pequeño debía tener unos siete, casi ocho años, la misma edad de Lan Zhan, pero de alguna forma le parecía incluso más pequeño y frágil.

—Xiansheng, ¿quiere venir al jardín? Por favor, es importante.

Quizá su corazón se estaba volviendo demasiado blando porque no dudó en cumplir su petición. Asintió y el pequeño Nie sonrió un instante antes de desaparecer bajo la cortina sin delatar la forma en que salió del salón.

Se levantó sin prisa, saludó a algunas personas y se dirigió al jardín como si necesitara tomar aire. Caminó un poco más hasta que volvió a escuchar el susurro del pequeño. 

—Lan-xiansheng, por aquí...

El pequeño lo condujo a una parte del jardín donde no pasaba nadie.

—Nie Liao, ¿no se supone que deberías estar en tu habitación?

—Es importante, Lan-xiansheng... A-Niang... —Había estado hablando con calma hasta ese momento, pero los ojos se le llenaron de lágrimas y su voz se hizo más aguda—. A-Niang se va a morir y yo no sé qué hacer.

En ese instante recordó dos sucesos clave. El primero, que en el invierno de aquel mismo año, Madam Nie caería gravemente enferma y en menos de un año fallecería. El segundo lo había pasado por alto, aunque al inicio estuvo muy pendiente, y era que Nie Huaisang también estaba con ellos al activarse aquella formación.

Gruesas lágrimas caían de las mejillas del pequeño Nie que seguía a la expectativa de obtener una respuesta de Lan Qiren. Él suspiró y asintió tranquilo. —¿Qué es lo que sabes de su enfermedad?

La sonrisa esperanzada del pequeño lo conmovió. Qué importaba que lo hubiera conocido como adulto, líder de secta y jefe cultivador, también lo había visto crecer al mismo ritmo que a sus sobrinos. Podía ser muy astuto –como lo había demostrado ya de adulto–, pero sin recursos a su disposición no era más que un niño necesitado de ayuda para evitar la muerte de su madre.

不作不死 - Bu zuo bu siDonde viven las historias. Descúbrelo ahora