Lan Qiren había estado ocupado todo el día y no pudo ir a visitar a su hermano hasta entrada la tarde. Se anunció sin hacer mucho ruido para no sobresaltarlo en medio de su meditación, pero al entrar no lo encontró cultivando sino preparando el té. Le hizo señal de que mantuviera la voz baja, desviando la mirada hacia su cama donde sus dos hijos ahora dormían profundamente luego de un día con tanto llanto.
—Deben haber estado conteniendo sus sentimientos todos estos años. ¿Cuánto les he hecho soportar?
—Tuvieron que soportar mucho, pero eso al fin terminará.
Qingheng-jun miró a su hermano y en sus ojos se adivinaba la incredulidad, por lo que Lan Qiren suspiró y comenzó a explicar. —Supongo que ellos te habrán dicho algo, pero no tienes la información completa. Demoré mucho tiempo en encontrar las pruebas y ahora las tengo. Saozi ya me lo confirmó también. Ella no mató al maestro Huang e, incluso si lo hubiera hecho, habría sido lo justo por el crimen que cometió.
Lan Qiren le explicó todo lo que ya sabía y también su plan para los próximos días, en preparación a la audiencia frente a los ancianos de la secta para explicar toda la situación. Al terminar, los ojos del líder Lan no podían contener las lágrimas.
—¿Por qué no me dijiste que estabas haciendo eso? Debiste decirme, es mi esposa, yo debería haber buscado una forma de librarla de este castigo...
—Nuestras reglas tienen el propósito de guiarnos para llevar una vida llena de rectitud y tener una conducta intachable, por eso las seguimos con vehemencia. Sin embargo, a veces ese afán de cumplir los preceptos al pie de la letra nos impiden ver más allá del negro y el blanco. Ella admitió su culpa y tú le ofreciste la solución que creíste rompería la menor cantidad de reglas. Tu prioridad era salvar su vida, pero entiendo que no es fácil elegir ir en contra de lo que nos enseñaron o ir en contra de tu corazón.
—Rompí varias reglas por salvarla, tendría que haber roto muchas más.
Lan Qiren miró fugazmente hacia la cama y suspiró, luego volvió a ver a su hermano. —Si lo hubieras hecho, el castigo que te impusieron hubiera sido más duro. Te permitieron una reclusión parcial y hacerlo pasar como tu decisión, no puedo imaginar qué hubiera pasado si desafiaras más. (1)
Quizá sí lo imaginaba. Azotes para ambos, el destierro, reclusión permanente. Él probablemente no hubiera estado en contra de ninguna de esas decisiones en aquel entonces, pero ahora tenía la perspectiva de toda una vida y la experiencia de las consecuencias de esa mentalidad blanco y negro, por lo que tenía que iniciar a hacer varios cambios si quería proteger también a sus sobrinos.
—Hiciste lo que creíste correcto, aunque no fuera suficiente. Ahora eso ya no es importante, lo que realmente interesa es qué harás a partir de este momento. La Secta necesita a su líder, pero en especial tus hijos necesitan a su padre y Saozi necesita a su esposo.
—Debe odiarme. Aunque ella aceptó ser mi esposa, solo lo hizo porque era la única forma de salvar su vida. Ahora que puede ser libre, me gustaría que recobrara su completa libertad.
—¿A qué te refieres?
—Si no quiere seguir siendo mi esposa, no la retendré. No podría hacerlo, sería como continuar encerrándola.
Qiren bebió un sorbo de té y luego habló detenidamente con él. —He hablado con ella y por lo menos sé que no te odia. Sin embargo, yo no soy quien debe hablarte de sus sentimientos. Creo que es conveniente que ustedes dos hablen mucho antes de la audiencia. Ve a visitarla y pongan las cosas en claro.
Qingheng-jun suspiró con fuerza y le sonrió a su hermano. —No sé qué hubiera sido de nosotros sin tu ayuda. Tengo que retribuirtelo de alguna forma.
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不作不死 - Bu zuo bu si
Fiksi PenggemarSi todo pudiera ser diferente... Gracias a un pequeño deseo se presenta la oportunidad de volver a un momento clave para cambiar la historia y evitar terminar nuevamente en una tragedia. _____ SHIPS PRINCIPALES: WANGXIAN XICHENG Quizá agregue otras...