Capítulo 45: Conclusión

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Qingheng-jun pudo aclarar sus dudas con Lan Xichen y Lan Wangji, aunque un par de preguntas las reservó para Lan Qiren. Del mismo modo, el líder Nie y Nie Mingjue interrogaron a Huaisang.

Su padre se sintió un poco cansado y, como ya los habían llevado a sus habitaciones, se retiró a descansar. Nie Mingjue aprovechó entonces a interrogar a su pequeño hermano.

—Hay algo que no me queda claro. Se supone que al terminar la guerra yo seguía siendo el líder. ¿Por qué Lan Qiren dijo que tú eras el líder? ¿Qué me pasó?

Nie Huaisang suspiró.

—Después de la guerra hubo todavía varios eventos que costaron la vida de muchos, pero que quizá ya hayamos evitado con algunos otros cambios que se han hecho a lo largo de este tiempo.

—Eso no responde mi pregunta. Quiero saber cómo puedo evitarlo.

—Te lo dije. Quizá ya hayamos logrado evitarlo con otro cambio que propiciaron Jiang-xiong y Wei-xiong.

—Pero dime qué fue lo que pasó.

A regañadientes, el menor de los Nie respondió.

—Tu sable. Por la guerra, tu temperamento y sed de venganza por lo ocurrido con nuestro padre, te alcanzó la maldición más pronto y hubo una persona que se aprovechó de la confianza de Xichen-ge y tuya para provocar que sufrieras más pronto las consecuencias.

—¿Quién era esa persona?

—Su nombre era Jin Guangyao. Fue el único hijo ilegítimo que Jin Guangshan reconoció, pero antes fue tu mano derecha y ayudó a Xichen-ge a escapar después de que atacaran el Receso de las Nubes. Por eso, ustedes tres se hicieron hermanos jurados. Xichen-ge le enseñó la melodía que usan con fuqin y él la modificó para envenenar tu espíritu lentamente.

—¿Y donde está esa sabandija ahora?

Aunque Nie Huaisang aún desconfiara de Zhen Yao, él no se había acercado a su hermano ni era tan cercano a Lan Xichen ahora, aunque sabía se llevaban bien. No podía juzgar al presente por los errores de su otra vida cuando ni siquiera la recordaba, así que decidió no predisponer a su hermano.

—No te preocupes, ya se hicieron cargo de él. Ahora solo tienes que controlar mejor tu temperamento, aunque sigas cultivando con tu sable.

Nie Mingjue se quedó serio por un rato y luego preguntó nuevamente con cierta cautela en su voz.

—¿Cómo te enteraste tú acerca del sable? ¿Es por eso que nunca le pusiste empeño en aprender?

—Oh no. En verdad, no tengo el talento para blandir el sable y no me interesó nunca aprender. En esta vida fue un poco más a propósito, pero en la anterior me enteré cuando ocurrió tu muerte.

—Huaisang... —Podía ver que su hermano estaba intentando hacerse el fuerte, pero sus ojos se humedecieron de inmediato al recordar esa dolorosa escena. Volvió a hablar para quitarse ese sentimiento.

—Pero está bien. Seremos precavidos y eso no ocurrirá ahora. A-niang y Fuqin siguen con vida, tú tampoco morirás.

Nie Mingjue pasó un brazo por encima del hombro de su hermano menor y lo atrajo hacia él.

—Está bien. Confiaré en lo que tú dices, pero en cuanto esa persona haga un movimiento sospechoso, tienes que decírmelo para darle su merecido.

Nie Huaisang sonrió y no se resistió a darle un abrazo a su hermano. Esta vez él sería quien protegiera a su hermano mayor.

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Lan Yonzheng se dirigió a la habitación que compartía con su esposa, quien en ese momento estaba con Lan Dian. En cuanto las vio, se apresuró a acercarse y las levantó a las dos en brazos, causando un grito de sorpresa de su esposa y una risa explosiva de su hija.

不作不死 - Bu zuo bu siDonde viven las historias. Descúbrelo ahora