Mi niña se había portado mal, había incumplido nuestra regla prima: yo soy su dueño, eso aplica a su placer.
La tenia atada en mi mazmorra, las piernas separadas con ayuda de una barra metálica que le imposibilitaba cerrarlas.
-No volverá a pasar- Dijo mientras yo, mirándola a los ojos y obviamente enojado le ponía su mordaza; una bola roja unida a un collar de cuero color cuervo.
No conteste.
Me posicione atrás de ella, la agarre por la cintura, mi mano izquierda se quedo allí, pero fui subiendo por su vientre hasta llegar a sus pechos, sus pezones parecían dos pequeños picos de montaña.
El calor de su cuerpo tenia un contraste hermoso con el fresco de la habitación.
Apreté, por el espasmo de su cuerpo se que le dolió, no me gusta que mi niña sufra, pero incumplió nuestro acuerdo y eso merece un castigo.
-Se que es difícil estar en castidad por tanto tiempo, pero no podías romperla sin pedir permiso, al menos hiciste bien en confesarte- Le susurre inclinando mi cabeza para pegar mis labios en su boca.
Su respuesta fue bajar la cabeza avergonzada.
Tome mi látigo favorito, tiene muchas tiras de cuero, es perfecto para aplicar dolor en una zona amplia sin que se vuelva excesivo.
La azote en los muslos.
-La próxima vez que no aguantes mas dímelo y veremos que podemos hacer.
La azote en el culo
Gimoteo
-Odio hacerte esto.
La di vuelta para verla, un hilillo de su saliva se había filtrado entre sus labios y la bola de su mordaza, ambos color rojo escarlata.
Me miro a los ojos se lo que quiso decir <<es suficiente>>, tenia ojos verdes abiertos como un venado asustado que ve a su cazador, permanecí serio.
-No, no lo es- respondí a su suplica muda.
La azote en sus pechos.
Tome una venda negra de la mesilla donde dejo mis instrumentos, la use para vendar sus ojos.
Lo siguiente que tome fue un pequeño vibrador, lo introduje en su interior, era tibio, húmedo y apretado para mis grandes y duros dedos, no pude evitar reposar mi mano por un momento, tampoco pude evitar sentir una presión en mi entrepierna que hacia que mi pantalón de jean fuera algo incomodo. no era momento para eso.
Le coloque el vibrador y lo puse en una potencia baja, use unos simples broches de ropa, los coloque en sus pezones y por ultimo volví a susurrar en su oreja -no te preocupes, volveré- salí de la habitación dejándola así, atada, con un vibrador prendido y sus tetas apretadas por broches.
-Piensa en lo que hiciste- dije antes de apagar la luz y cerrar la puerta con llave para dejarla doblemente a oscuras y doblemente atrapada.
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Relatos cortos de dominacion bdsm [+18]
RomantizmAlgunos relatos cortos de dominación BDSM. No hay una linea temporal exacta así que pueden leerse en cualquier orden, aun que algunos usan a la misma pareja. El 1ro es de un castigo de negación a una sumisa desobediente y un castigo no nunca olvida...