Capítulo 14

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Jewel.

Cuando siento que ya no puedo mas, tomo el portarretratos amarillo de la mesa, el cual contiene la foto de quien es mi inspiración y ancla.

Los últimos días han sido espantosos, me he dedicado a estudiar por montones para poder pasar el examen de admisión a la universidad. Aveces creo que sí hubiera puesto atención en su debidos momento, todo esto sería pan comido.

Suspiré hondo y descanse un poco. Eran las 3 de la mañana y yo no podía dormir, jugué con la cadena de mi collar biendo como la pelotita brillaba de color amarillo, eso me gustaba pues significaba que mi niño estaba feliz.

La luz no brilla todo el tiempo, tan solo son 5 minutos y luego se apaga. Ya hace dos semanas que teo me había dado el susto de mi vida cuando la pelotita brillo verde, eran las 5 de la mañana y yo seguía estudiando cuando de repente la luz me cego. En ese momento entre en pánico, no sabía que hacer o como ayudar, dije mil y un veces la frase para saber si teo la decía igual y poder ir a ayudarlo, pero no pasaba nada. Entre en un colapso, pensé que podía quemar todo con tal de que alguien me diera una señal de cómo poder ir a donde teo estaba.

Cuando vi aquella cortada en su labio casi mato a alguien, lo único bueno de todo lo que pasó es que ahora teo tiene un nuevo amigo, algo que me tranquiliza de cierta manera ya que cada vez que teníamos que despedirnos podía notar lo triste que se quedaba. Aún así cuando vea en persona a joel no se va a librar de un buen golpe.

— hijo, ¿Puedo pasar? — mi madre tocó la puerta abriéndola despacio.

Ella a estado pendiente de mi todo el día, en parte la entendía pues mañana ya eran los exámenes. Cuando mejor te va en la vida, mas rápido pasa el tiempo.

Es irónico que así funcionen las cosas, es como un mal chiste de la vida, como si le gustará que fuéramos infelices que cuando no lo somos nos lo arrebata con rapidez.

— ¿que haces despierta? — dejo una bandeja con un pan y un café en la mesa.

— te prepare algo, tomate eso para tener energía. Te diría que ya te durmieras pero se que no lo aras, así que lo único que puedo hacer es ayudarte a que no te quedes dormido en pleno examen. — se sentó en la orilla de mi cama.

Supongo que espera verme tomar el café, así que tomé la taza y di un par de sorbos que me cayeron como anillo al dedo.

— gracias — baje la mirada sin decir nada.

Desde que voy a rehabilitación y al psicólogo, la relación con mis padres ha mejorado bastante, aun no puedo verlos a la cara, pero podemos mantener una buena conversación.

— ¿te acompañará teo mañana? — preguntó rompiendo el silencio.

— si, también irán mis amigos, teo los quiere conocer — podía notar la inconformidad en su cara. — ya te dije que no son malas personas, ellos no me obligaron a nada. Si te dieras la oportunidad de conocerlos notarias que son buenos, solo tienen problemas como yo, sin embargo ellos no tienen a unos padres que se preocupen por ellos — mi madre  suspiró.

— se que no son malos, lo se porque Cloe fue la que me dijo aquella vez que tuviste una sobredosis, ellos fueron los que te llevaron al hospital sin importarles que pudieran arrestarlos —

My place is with youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora