My place is with you

Capítulo 15

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Timoteo.

Aún no he podido preguntarle a mi mamá con respecto a Micaela. En verdad que lo he intentado, pero no puedo, a la hora de querer hablar de eso mi garganta se cierra y no sale nada, ni un mísero sonido.

— Timoteo, jewel llegó — el grito de mi padre me asusto.

No note cuando jewel salió por la ventana, mucho menos sabía que iba a tocar la puerta de mi casa.

Baje las escaleras corriendo, mi cabeza de uva estaba sentado en la mesa con un vaso de agua en su mano y a su lado mi padre.

— pequeño — se acercó hasta mi con las claras intenciones de abrazarme.

— ya te dije que no me molestes con eso. No seas tonto — intente reponer, lo detuve antes de que se acercara mas y le di una palmada en su hombro. Creo que lo aparte de una manera muy brusca, lo deduje por la cara que puso.

Mi padre se nos quedó viendo de una manera extraña, no estaba molesto, pero tampoco estaba contento. Jewel me miró con extrañes.

— bueno, nosotros nos vamos — dije a mi padre quien asintió.

Salimos de lo más normal, cuando ya estábamos a una distancia prudente mire mal a jewel quien aún parecía no entender el grave error que había cometido. Aveces pienso que es muy estúpido.

— ¿que? — preguntó por fin.

— no vuelvas a decirme pequeño enfrentre de mi padre o de alguien más, ya te dije mil y un veces que no te me acerques mucho o agas cosas que se mal interpreten — vi como rodó los ojos.

— lo lamento, pero también entiéndeme, me cuesta trabajo, yo te quiero mucho y ocultarlo no puedo. Tampoco tenias que apartarme de esa manera, tu rechazo aquí me duele mucho — esta era la primera vez que escuchaba dolor en su voz.

Me hace sentir mal porque tiene razón al decir que aquí lo trató muy feo, pero todo lo ago por nuestro bien.

— no quiero hacerte daño, pero entiende tu que aquí no se puede, sabes que no te trataría mal en otras circunstancias — él cruzó los brazos y seguimos caminando en silencio.

Yo quería decir algo más, pero estábamos rodeados de personas y no podía hacer nada. Mi pecho dio una punzada para nada agradable.

— ey, chicos — un grito susurrando hizo que volteara a un callejón.

Joel había dicho que conocía un lugar secreto en el que podíamos pasar el rato sin ser molestados por alguien más. No pensé que ese lugar secreto fuera un callejón.

Con cautela fuimos hasta donde él estaba, nos hizo una señal de callarnos y seguirlo. Dimos unos cuantos pasos mas hasta topar con pared. Sin embargo había una abertura bastante grande escondida, por la cual entramos. Adentro había un pequeño jardíncito con una fuente muy pequeña.

— ¿donde estamos? — pese a que el lugar era pequeño, estaba muy bonito.

— detrás de la iglesia. Lo descubri una vez que estaba huyendo de mi hermano junto con ya sabes. Bueno, la cosa es que vine todos los días después de la escuela para hacer una bitácora. Aquí se reúnen las monjas cada jueves y limpian y riegan las plantas todos los días en las noches, la demás parte del tiempo está vacío, nadie viene —