My place is with you

Capítulo 7

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Jewel

Estar parado enfrente de esa gran construcción de concreto era algo extraño, no era que no hubiera visto anteriormente grandes construcciones, pero esta era diferente, por afuera tenía un color azul cielo, o eso es lo que creo. Debo de admitir que Timoteo tenía razón cuando dijo que en su mundo todo era más gris.

Entramos por unas grandes puertas de madera, lo primero que vi y que sinceramente me asusto, fue ver una gran estatua de un señor barbón con túnica blanca, tenia el cabello largo y estaba en una cruz, no era algo bonito de ver, parecía que tenía cara de sufrimiento, sus pies estaban juntos, unidos con un gran clavo que los atravesaba, al igual que sus manos, en su cabello tenía una corona que parecía ser de espinas, pues le escurria sangre de la cabeza. A su lado habían flores y velas, en el techo la cara de unos niños con alas, y enfrente de la gran estatua estaba una mesa con mantel blanco, donde tenía la imagen de una copa dorada con algo encima de ella.

— teo, ¿quién ese de la estatua? Y porque rayos está en esa cruz. — me acerque lo suficiente para que me escuchara.

No es que hubiera muchas personas, pero las pocas que habían, estaban de rodilla con los ojos cerrados, algunas mujeres tenían un velo que les cubría la cara. La mamá de teo nos había dejado atrás, pue le dijo a teo que me enseñará la iglesia mientras ella resaba. Anteriormente y por nuestras pláticas ya sabía un poco más sobre la religión, así que ya sabía lo que significaba rezar. Aún así, ver cómo lo hacían y cómo estaban vestidos, sumándole la imagen aterradora de aquel señor, eso era más tétrico que algo que haya visto antes.

— es Jesús, y esta de esa manera porque es la representación de cuando lo crusificaron. Tienen guardada otra igual, pero donde esta de pie y libre — me explico mientras nos sentábamos en las bancas de hasta el fondo, de esa manera no ariamos mucho ruido.

— no es por ofender, pero se me hace muy sádico que le rezen a él mientras está de esa manera, se ve que está sufriendo y en lo último que pensaría es en prestar atención a lo que los demás dicen. No se, se me hace muy escalofriante —

— si, supongo que si, pero creo que no hay mucho problema, no es como si Jesús estuviera así en este preciso momento — la manera en la que inclino su cabeza hacia un lado para ver dónde estaba la estatua de Jesús, se me hizo tierna, todo lo que hace teo se me hace tierno, aunque aveces me molesta que parece que la mayor parte del tiempo tiene miedo de hacer las cosas. Más cuando ésta en su mundo, desde que llegamos me prohibió hacer muchas cosas, me dijo que hablara más formal y me obligó a ponerme una camisa, también tuve que teñirme con aerosol mi cabello, ahora tenía un color castaño.

— hijo, ¿que los trae por aquí?, ¿y tu madre? — voltee a ver de donde provenía aquella voz, era una voz grave y ronca. No tarde mucho en hubicarlo, pues estaba tomando del hombro a Timoteo. Esto hizo que me molestara, se que yo muchas veces agarro a teo, o que soy muy encimoso, pero es fácil darse cuenta cuando una persona se siente incomoda o solo se sorprende y se avergüenza ante el contacto.

La primera vez que lo tome de la mano, o lo abrace, sentí como su cuerpo se tenso, pero se relajo rápidamente, además sonreía nerviosamente, en cambio ahora su cuerpo es rijido, su respiración se nota más, es más tosca y entre abre sus labios intentando jalar más aire. No es difícil saber que se siente incómodo, quiero quitarle la mano de ahí, pero tampoco quiero meter a teo en problemas.

— buenos días padre, venimos a comprar algo, pero mi madre quiso pasar antes a orar un poco — la voz de teo era seria, su rostro no mostraba nada. Era sorprendente como podía lograr mantenerse serio cuando conmigo, no puede ocultar sus expresiones fáciales, de cierta manera me hace sentir especial.