EN EL CAPÍTULO ANTERIOR
-Eres muy hermosa Eva-dijo luego de una pausa en silencio- desde que te vi entrar a la fiesta que me has llamado la atención, solo que creo que no es correspondido-dijo soltando un suspiro. No sé si fue por el alcohol o el momento pero aquello me sorprendió y decidí tomar una de las manos de Isabella.-No es lo que crees, es porque...-en ese momento Isabella decidió acercarse hasta quedar frente a mi boca, sus ojos no se despegaban de ella y en ese momento me paralicé por completo, ¿Por qué no podía reaccionar? Isabella pareció tomar eso con un visto bueno y se acercó para depositar sus labios sobre los míos. Por al menos cinco segundos correspondí a su beso, hasta que caí en la cuenta sobre lo que estaba haciendo.
-NO- dije separandome de inmediato y levantandome, mientras Isabella comenzaba a disculparse-lo siento yo no...debo irme-dejé de hablar y comencé a caminar en dirección contraria, no podía creerlo.
¿Por qué había dejado que me besara?
***
Me alejé a pasos rápidos de la parada del mini bus, aún sintiendo los labios de Isabella sobre los míos y la constante sensación de culpa que invadía cada uno de mis músculos. Caminé sin mirar atrás y dejé a Isabella allí sola, porque sabía que si volvía a su cercanía sería peligroso para ambas. ¿Por qué había dejado que me besara? Esos 5 segundos de respuesta no deberían haber sido ni uno, pero estaba fuera de lo que mi cuerpo podía controlar y de cierta forma Isabella había logrado atraerme hasta ese punto.
Caminé por la fría noche perdida en mis pensamientos y aún en estado de ebriedad, lo único que podía sentir en ese momento era la culpa carcomiéndome y la imagen de Eugenia en mi mente, Eugenia...
Probablemente si no hubiese estado con alcohol en mis venas no hubiese seguido cometiendo más estupideces, pero mis pasos se giraron por sí solos por muchas manzanas hasta llegar al barrio residencial de Eugenia. No podía contenerme de decirle la verdad, que había besado a otra chica, que esa chiva me había llamado la atención y... mi mente era un manojo de pensamientos y mi corazón palpitaba rápido. Cuando llegué a su puerta me debatí internamente pero mis nudillos tocaron 2 veces la puerta. A la tercera vez apareció una Eugenia somnolienta y con una bata roja que cubría hasta sus rodillas, apegada a su cuerpo curvilíneo y dejándome definitivamente sin aliento.
-¿Eva?-preguntó confundida y yo miré hacia el suelo, porque no podía sostenerle mi mirada luego de lo hecho.
-Eugenia yo... lo siento-dije soltando una lágrima- hace unos días fui a una fiesta con Elisa y otros chicos, conocí a una chica y pensé que nos habíamos besado pero no, hoy nos juntamos en el Otsubar a beber y ella llegó, cuando nos fuimos hasta la parada de autobús me besó y la detuve, pero no puedo dejar de sentirme mal y no puedo ocultarlo ni quiera media hora de ti...
Me había enredado hablando y explicándole mi situación a Eugenia, quien al comienzo me observaba con temor y luego solo había una línea en su boca, su rostro era de alguien quien estaba absorbiendo toda aquella información y sin decir nada me tomó la mano con la suya y me hizo pasar dentro.
-Estas alcoholizada Eva, antes de cualquier conversación por favor acuéstate y descansa, verte en este estado no me gusta y prefiero que estés en tu total claridad mental para conversar lo que me has dicho-su voz era normal pero si algo conocía a Eugenia era en sus ojos, donde el dolor y la incertidumbre se escondían a menudo.
Asentí y luego de cambiarme de vestimenta caminé a pasos cortos hacia la cama de Eugenia, donde me esperaba con su luz prendida y un vaso de agua en su mano.
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Enamorada de mi alumna (Segundo libro)
RomanceSegunda parte de: "Enamorada de mi alumna".