P.O.V Eugenia
1 año antes
Desde hace mucho tiempo que mi vida no la disfrutaba como ahora lo hacía. Eva había vuelto a mi lado después de mucho tiempo.
Las cosas habían cambiado desde la escuela. Mi Eva había decidido paralizar sus estudios y dedicarse a trabajar por un tiempo para hacer un "proyecto" que tenía en mente. Por mi parte apoyé cada una de sus desiciones y el primer año de vivir juntas fue miel con hojuelas.Hacía a Eva mía cada vez que podía, en el sofá, en la ducha, en la cocina... Estaba en el paraíso, disfrutaba agarrar su cabello largo y verla irse ante mis ojos en todas las posiciones. En definitiva fue un año maravilloso, cuando despertaba agradecía tener a tan bella mujer a mi lado, cuando sus ojos daban con los míos una sonrisa automáticamente aparecía en mis labios.
-Eres hermosa por completo mi Eva-le decía cada vez que terminabamos de hacer el amor- te amo, con mi vida.
Siempre que le decía aquello mi Eva reaccionaba poniendo sus ojos más cálidos y brillosos, me besaba y abrazaba y así nos quedabamos un buen tiempo hasta que anochecía.
Yo trabajaba por las mañanas en una nueva escuela y Eva por las tardes en una pastelería. Cuando mi Eva llegaba era nuestro momento único, un momento en que ambas disfrutabamos de la otra y que con cada beso y caricia se hacía a un más especial. Siempre veía sus ojos y luego su boca, la deseaba por completo y así se la hacía saber, amaba a mi Eva tan apasionadamente que sabía en mi interior que podría hacer cualquier cosa por ella...
Así pasaron los meses y al segundo año de vivir en conjunto comenzaron algunos problemas. Mi Eva llegaba mas tarde de lo que habituaba y comencé a preocuparme. Eva es una mujer joven, maravillosa y linda, cualquiera podría querer algo con ella y así comencé a idear escenarios desde la desconfianza, creada por mi misma. Fueron largos seis meses en los que llegaba muy cansada y prácticamente solo podía besarle y luego dormir. Comencé a sentirme insegura y noté que siempre había una excusa para llegar tarde...
Hasta que un día Eva llegó pasadas las 12 de la noche y de inmediato todos mis miedos brotaron. Decidí pensar en qué hacer pero la verdad me sentía atrapada, mi Eva se notaba un tanto mas distante y cansada siempre, por lo que teníamos muy poco tiempo para compartir ambas. Luego de otro mes igual sentía que iba a explotar, sus ojos ya no me miraban como antes y de a poco me fui alejando de mi Eva, la desconfianza me estaba matando y no podía hacer nada al respecto.
Catalina nuestra vecina comenzó a ser mas cercana a mi. Un día llegó con una copa y un vino, sabía cuáles eran sus intenciones pero aún así la dejé entrar. Conversamos por horas ese día, le dije de mi desconfianza y mis problemas a la persona equivocada, porque Catalina aprovechó eso para sí. Venía luego todos los días para escucharme y compartir conmigo, su mirada deseosa no me pasaba desaparecida, siempre miraba mis labios y luego intentaba acercarse a mí, pero yo me negaba y observaba hacia otro lado. Si bien consideraba que Catalina a sus treinta años era una mujer bonita, no era mi Eva y lo sabía, la veía mas bien como una buena amiga, pero terminó siendo todo lo contrario...
-Vi a Eva ayer-dijo ese día de lluvia- la vi con otra mujer afuera de la pastelería donde trabaja, se estaban besando Eugenia...
En ese momento mi corazón dejó de palpitar. ¿Eva con otra mujer? Mis meses de angustia se hacían presentes. En ese entonces confiaba ciegamente en Catalina, con quién cometería el peor error de mi vida. En ese momento comencé a llorar, desesperadamente, mi Eva, la luz de mi vida estaba con otra mujer... Comencé a ahogarme y Catalina me consoló, pero no como una amiga lo haría.
Trajo consigo dos botellas de vino cuando logré calmarme un tanto más. Bebí cuando me tendió cada copa de vino, quería ahogar mis pensamientos y eso resultó efectivo. Habíamos terminando las dos botellas cuando Catalina sacó una tercera botella y allí comencé a perder mi juicio. Pensaba en Eva si, pero también en el dolor que me estaba causando, era una mezcla de emociones que apenas lograba contener. Catalina luego de una media hora desde la última copa de vino comenzó a acercarse como solía hacerlo. Tenía el cabello negro y largo, era de piel blanquecina y ojos cafés claros. Su mirada de deseo no me pasó desapercibida y cuando se acercó a darme un beso no la detuve.
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Enamorada de mi alumna (Segundo libro)
RomanceSegunda parte de: "Enamorada de mi alumna".