Consecuencias

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Eugenia entra a la casa esperando que yo pase y lo hago con la cabeza baja. Una vez dentro Eugenia llega con un kit de emergencia, se encarga de limpiar mis heridas y dejarme limpia de toda la sangre esparcida por mi cuello. Sus ojos dan con los míos cada ciertos segundos y yo evito su mirada, sé que he hecho las cosas mal, pero la rabia me carcomía por dentro y me dejé llevar por mis instintos.

-Lo siento-fue la primera palabra que dije y Eugenia me quedó mirando sin decir nada- estábamos en el baño del Otsubar cuando desde el lavabo escucho a esa tonta rubia decir que tú nunca te le acercaste ni hiciste nada con ella, dijo un par de cosas sobre mi y sobre... Tu despido, ella habló con el rector de la universidad y pidió tu despido, sabía lo de nosotras y quiso vengarse...

Eugenia no dijo palabra y solo dejó el kit de emergencia en el suelo, acto seguido caminó en dirección a la cocina y comenzó a calentar la comida de la noche de ayer.

-¿No vas a decirme nada?- cuestioné y Eugenia alzó su mirada.

-Entiendo el por qué lo hiciste, pero tu no eres una persona violenta Eva, nunca habías golpeado a alguien en tu vida y la vez que lo haces golpeas por mi culpa-Eugenia había dejado de moverse y solo me observaba- lamento esta situación, conozco como eres Eva pero últimamente me sorprendes en varias de las cosas que haces, supongo que es por tu crecimiento tanto personal como mental y no puedo entrometerme en ello, solo puedo decirte que la violencia no resuelve nada, al contrario solo genera más daño.

Asentí y Eugenia comenzó a acercarse hasta mi posición. Llevaba un vestido verde ajustado a sus curvas y unos tacones negros que la hacían ver aún más alta que yo. Se veía hermosa. Tan hermosa que apenas pude despegar mis ojos de su cuerpo, a Eugenia no le pasan los años, parecía incluso mas joven desde cuando la conocí y ya habían pasado algunos años desde entonces. Su mirada azul me envolvió y me acerqué por inercia a su posición.

Eugenia me atrajo hasta sus brazos y besó mi cuello, para luego posar su brazos en mi cintura. Yo me había cambiado de vestimenta y ahora llevaba unos jeans azules ajustados a mis caderas, sumándole una sudadera negra pequeña que dejaba ver un poco de mi vientre. Eugenia bajó su mirada hasta mi cuerpo y de inmediato sus manos comenzaron a moverse por mi espalda. Una de sus manos bajó hasta mis glúteos y los apretó, mientras la otra subió por mi cuello hasta mi mandíbula.

-¿Por qué eres tan jodidamente bonita Eva?-dijo dando un suspiro, alzó con sus dedos mi mentón y sus labios se unieron con los míos. Un subidón de energía se expandió por cada parte de mi cuerpo. Profundizo nuestro beso atrayendo con mis manos la nuca de Eugenia. Su lengua se une con la mía y me come por completo la boca, mis labios son presa de los suyos y no quiero soltarla por nada del mundo.

Las manos de Eugenia viajan por mi cuerpo, a veces se detienen en mi espalda, otras veces en mi trasero, con cada toque de Eugenia me causa un millón de sensaciones que a penas puedo describir. Ella me coge por la cintura y me lleva a rastras al sillón, una vez allí me lanza sobre los almohadones y se sube sobre mi para observarme con sus ojos llenos de deseo.

-Eres demasiado hermosa mi Eva-su voz sonaba distinta, como si estuviese excitada- desde que te vi en la escuela que no paré nunca de sentir cosas por ti, hasta hoy no logro sacarte de mi cabeza-Eugenia pasó una de sus manos por mi pecho y luego bajó hasta mi ombligo- siempre te amé y siempre quise tenerte a mi lado, te amo completamente-aquello último me lo dijo directo a mis ojos ¿Cómo no iba a derretirme semejante declaración?

-Te amo Eugenia, desde que fuiste mi profesora que mis ojos no pudieron despegarse de ti-Eugenia sonrió y volvió a besarme, una de sus piernas comenzó a rozar mi jeans justo donde estaba mi zona íntima. Eugenia comenzó a lamer mi cuello y a los pocos segundos comencé a gemir bajito.

-Gime en mi oído Eva, quiero escucharte hasta que llegues-su voz como un susurro me hizo volver a estremecerme. Eugenia me quitó la sudadera y mis sostenes, para luego jugar con mis senos y lamer con su boca cada centímetro de mi piel.

-Mmm-dije mas fuerte cuando quitó mis jeans y las pocas ropas que me separaban de mi desnudez completa. Eugenia se tomó el tiempo para observar cada parte de mi cuerpo, luego con una pequeña sonrisa me preguntó algo que me dejó aún mas deseosa.

-¿Quieres hacer el 69?-preguntó con seguridad y yo sonreí.

-Siempre hay una primera vez-dije coqueta y Eugenia sonrió.

De inmediato quitó sus ropas y me hizo cambiar de posición, yo sería la que estaría arriba y Eugenia abajo. Con seguridad cambié mi posición y quedé observando directa y sabrosamente la intimidad de Eugenia, ella debía estar observando la mía también. Con delicadeza Eugenia comenzó a introducir su lengua en mi entrepierna y solté un gemido de placer cuando intentó meterse aún más dentro de mí. Por mi parte mi lengua comenzó a lamer cada parte de la entrepierna de Eugenia, mi lengua jugaba con su clítoris y podía sentir como comenzaba a mojarse.

Eugenia lamió cada parte de mi, a medida que su lengua aumentaba el ritmo yo también lo hacía con la mía. Sus gemidos y los míos comenzaron a escucharse mas fuerte, comencé a moverme por la excitación sobre la lengua de Eugenia y ella hizo lo mismo. Sabía que no iba a aguantar mucho tiempo más asi que aumenté las lamidas de mi lengua sobre el clítoris de mi amada y ella en respuesta hizo lo mismo, sentía como el orgasmo comenzaba a inundar mi cuerpo y sabía que Eugenia sentía lo mismo. Las últimas lamidas fueron suficientes para hacerme llegar en un orgasmo demasiado intenso, al mismo tiempo Eugenia terminaba de gemir fuertemente.

Ambas quedamos agotadas y sudando en frío, apenas me pude mi cuerpo para posicionar me sobre Eugenia y observar su tierno rostro, arrasado por un orgasmo devastador.

-Me hiciste llegar de forma demasiado intensa-dijo Eugenia luego de unos minutos en que recobramos la respiración. Asentí y reí para mis adentros, Eugenia tenía alguno de sus cabellos pegados a su frente y una mirada intensa puesta sobre la mía.

-Estoy muy enamorada de ti mi Eva, verte como lo hice ahora causó demasiado cosas en mi, vi todo tu centro y tus glúteos-dijo mordiendo su labio inferior y yo reí.

-Yo también ví mucho ahí abajo-dije sonriendo y Eugenia río.

-Estas echa completamente para mi Eva-dijo acariciando mi cabeza y yo dejé que lo hiciera mientras apoyaba mi mejilla en su pecho.

-Tu también estás echa para mi, por completa-dije sincera- desde la escuela que mis ojos no dejaron los tuyos Eugenia, además, siempre quise tenerte así, desnuda junto a mi...

Eugenia río y amabas nos quedamos charlando durante unos minutos, amaba a Eugenia con cada partícula de mi cuerpo, sabía que era la mujer de mi vida y por lo mismo disfrutaba cada segundo junto a ella.

Luego de lo que pareció una hora volvimos a cenar, ambas estábamos melosas y cada ciertos minutos Eugenia me besaba o yo lo hacía, me agarraba y me abrazaba, o yo la buscaba y le daba besos en su cuello. Así seguimos hasta la cena, ambas comimos en una charla cómoda y luego ya para el final ambas estábamos por acostarnos cuando el teléfono de Eugenia sonó.

-¿Diga?-preguntó seria y luego me observó atenta escuchando a la otra persona- ¿Cuándo? ¿Y por qué?

Luego de algunos minutos cortó y se me quedó mirando de forma extraña.

-La rubia quiso levantar cargos, además el rector de la universidad pidió una cita contigo y ella, conmigo también pero aparte, creo que estamos en problemas.

-Mierda!-dije en un grito.

Enamorada de mi alumna (Segundo libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora