[ Diecisiete ]

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♡ Se esfuerza mucho. ¿Nadie puede reconocerlo?


☆゜・。。・゜゜・。。・゜★



El dulce aroma de la canela y el azúcar hicieron que Dabi sonriera. Además, la reconfortante calidez del horno era lo que necesitaban para un día frío.

Le echó una última mirada a su pareja antes de dejar un par de bolsas de papel sobre la encimera y acomodar la bufanda sobre su cuello, el exterior estaba particularmente gélido esta tarde.

—No fue un buen día —murmuró, apretó los puños, los víveres no eran realmente abundantes; una bolsa de arroz y un par de verduras que había logrado meter bajo su abrigo—. Intentaré conseguir algo de carne mañana, lo lamento.

Estos eran los días más difíciles para ambos.

Pasaron poco más de seis meses desde que huyeron de casa y aún no podían adaptarse a su nuevo estilo de vida. Mientras Dabi salía a buscar comida, ________________ se quedaba en casa intentando hallar la forma de que una barra de pan les sirviera para un mes.

La culpa consumía a Todoroki Touya en su interior. ¿Había conseguido que ________________ dejara todas sus comodidades para esto? Ni siquiera quería pensar en la posibilidad de que ella ya estuviera cansada de esto.

No le gustaba verla sufrir, pero, tampoco quería que ella se apartara de su lado. ________________ no podía abandonarlo. No lo soportaría. No ella.

¿Quizás esa era la razón por la que había empezado a dejar el seguro puesto en la puerta? ¿O el por qué las ventanas estaban trabadas?

________________, quien, hasta el momento se había mantenido cortando un nabo cerca al lavadero, levantó la mirada—. Puedo ir contigo —comentó, buscando una botella de vinagre para curtir sus vegetales—. Conseguiríamos más comida —susurró, sin darse cuenta estaba apretando la empuñadura del cuchillo que usaba—. No he practicado en estos meses, pero puedo detener el tiempo y... podría conseguir medicina para ti.

El exterior era desconocido, Dabi consiguió aquel departamento funcional a cambio de un par de favores por cobrar, desde que se establecieron en el piso quince ________________ no había vuelto a salir.

¿Acaso llegó el momento en que ya no era feliz? Para Dabi, el comentario había sonado como un desesperado intento por huir de su lado.

Las oscuras cejas de Dabi se elevaron con nostalgia e intentó apartar los malos pensamientos de su cabeza—. No —sentenció de forma rápida, empezando a desempacar los comestibles—. Lo haré mejor mañana.

________________ bajó la mirada con lentitud.

Verdaderamente, aguantaba días enteros con escasas raciones de comida, pero, no soportaba que pasara uno más sin medicamentos adecuados.

No podía ver el rostro lastimado de Touya otra vez, su piel se había empezado a tornar de un oscuro color magenta.

Dejó el cuchillo sobre la encimera, manteniendo silencio y sin ganas de tocar el tema nuevamente. Aunque, pronto sintió la mano de su pareja sobre la suya, áspera, pero, reconfortante.

Tibia.

Dabi extendió su mano libre frente a ella, abriendo y cerrando un par de veces. Hasta que en algún momento una paleta apareció entre sus dedos.

—Recordé tu sabor favorito.

________________ rió ante el acto, tomando la golosina y dedicándole una sonrisa a su pareja—. Sigues siendo un chico dulce, Touya.

Ambos terminaron aquella conversación con un abrazo.

Fue cálido, el cuerpo de Touya siempre era así, era reconfortante aún cubierto por las gruesas prendas de invierno. La tela aún conservaba un ligero deje a flores del suavizante que usaban para lavar la ropa.

El detergente también se había acabado hace un par de días.

Touya había crecido un par de centímetros durante estos meses, se volvió el más alto de entre ambos al final. Aunque su cuerpo continuaba siendo delgado y menudo.

Descansó unos segundos sobre el hombro de Touya, simplemente relajándose un momento y disfrutando de su compañía.

Si había una razón para quedarse hasta el final. Es él.

Aunque, antes de que alguno pudiera decir una palabra más, el ruido de una notificación la distrajo. ________________ observó su celular junto a los platos limpios, un par de mensajes habían llegado.

Tomó el aparato y lo ocultó rápidamente bajo su abrigo.

Touya mantuvo su fría mirada sobre ella.

Recordaba aquello. El primer delito que había cometido fue robar un par de celulares para mantener el contacto con ________________ en caso de que algo ocurriera.

Se suponía que el único número que ella tenía registrado era el suyo. Entonces. ¿Qué había sido eso?

El par de brillantes iris azules buscó la mirada de su compañera, quien lo evitaba a toda costa—. ________________.

No obtuvo respuesta a su llamado.

Las manos de Dabi temblaron ligeramente, intentando volver a tocar el suave cuerpo de su compañera.

Fue cuando volvió a oír a sus inseguridades gritar dentro de su cabeza. ¿Había descuidado demasiado a ________________? Quizá todo su tiempo fuera habían sido en vano.

¿Y si ella se ha dado cuenta al fin de que huir junto a él fue un error? Necesitaba un poco de aire. ________________ no lo dejaría, ella lo ama. ¿Verdad?

________________ levantó la mirada, enfrentando la suya con un renovado coraje—. Touya —llamó, casi ordenando a que le prestara atención—. Tenemos hablar sobre esto.

Todoroki Touya tembló.

Durante el penumbral silencio que se había formado entre ambos, él alejó lentamente sus manos, sintiendo el suave calor que empezaba a formarse en la punta de sus dedos. Estaba listo.

Si algo salía mal, tendría una segunda oportunidad. Podía arreglar cualquier cosa. Pero. ________________ debía estar a su lado.

________________ apretó el celular sobre la tela de su bolsillo—. Nunca conociste a mi familia —susurró, recordando las reuniones que Todoroki Enji mantuvo con los parientes de las a otras chicas—. No como a los padres de Rise.

Touya lo recordaba, hace un par de años, cuando Endeavor le presentó a Rise y a sus padres, cerrando el acuerdo entre ambas familias, pactando casarse dentro de algún tiempo en la edad adecuada.

Las palabras de ________________ cambiaron su expresión a una de total confusión—. ¿Qué tratas de decir?

________________ apretó los puños—. Aunque no lo parezca —exclamó, intentando hallar la forma correcta de decir aquello—. Es importante para mí presentarte formalmente.

Las cejas oscuras de Dabi se juntaron, sin apartar la mirada de su pareja—. Fuimos al mausoleo —susurró, sintiéndose excluido de la conversión ante la falta de información que recibia—. Nos arrodillamos tres veces frente a la tumba de tus padres.

________________ juntó sus manos con las de él, entrelazando sus dedos y regalándole una pequeña sonrisa—. No tengo família viva a la que presentarte formalmente como mi pareja —susurró con nostalgia—. Pero —levantó el tono de voz—. Mi primo y yo nos volvimos a encontrar —confesó—. Realmente. Está vivo —sollozó—. Él asumirá el rol de cabeza de familia. Quiere conocerte, Touya.

Ahora era demasiada información para el cerebro de Dabi—. ¿Primo?

—¡Kurono Hari-kun!

[ Dabi boyfriend goals ] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora