[ Ocho ]

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♡ Es un pequeño bebé que solo necesita ser apoyado.



Empezó a caminar lentamente por los pasillos de la casa, después de que Fuyumi le abriera tuvo que batallar para encontrar el camino, ella había salido corriendo pues llegaba tarde para algún proyecto importante.

La casa de los Todoroki era inmensa y muy tradicional, todas las paredes parecían iguales y fue fácil perderse.

—¡Oh, ___________! ¿Vienes a ver a mi hermano? —la chillona voz de Shouto resonó en el pasillo, el pequeño de no más de metro veinte estaba pasando por ahí cuando la vio.

Ella solo pudo asentir—. ¿Me llevarías?

Las mejillas del menor se tornaron algo rosas por la emoción, tomó a la chica de la mano y la guió entre los pasillos.

Shouto se sintió algo aliviado cuando vio a _____________, su hermano había estado actuando raro últimamente y quizás ella podría ayudar.

No quería que le mayor estuviera triste.

—Ha estado un poco... diferente —murmuró el pequeño, bajando un poco la mirada, no quería alterar demasiado a su superior.

___________ solo sonrió, claro que estaba informada acerca de todo lo que ocurría en esa casa.

Y juraba venganza contra Endeavor.

La (H/C) alzó sus cejas algo acongojada, sintiendo la angustia del menor, le mostró una pequeña sonrisa y acarició su cabello bicolor con la mano libre—. Intentaré animarlo.

Esa había sido la última frase que dijo antes de que llegara a la puerta al final del corredor, ni siquiera se había dado cuenta de todo el tiempo que estuvo caminando.

La habitación del pelirrojo estaba muy alejada de la entrada, y aislada de los demás.

Además todo era más oscuro por ahí, como si el lugar fuera una especie de depósito mal cuidado.

Apretó sus labios con molestia.

Nadie trataba bien a su novio.

Shouto se despidió de su superior con una sonrisa mientras se iba de ahí, pronto comenzaría su programa favorito.

____________ se quedó un momento apreciando el lugar, dándose cuenta de lo gastada que estaba la puerta, había algunas manchas oscuras ahí, como si la hubieran intentado quemar.

Dio dos suaves golpes antes de entrar.

—¿Dabi?

Corrió la puerta con delicadeza, la habitación estaba tan alejada que incluso todo ahí era un total silencio.

Ahí estaba Dabi, sentado en el pequeño colchón del suelo que usaba como cama, aún traía sus holgadas ropas de entrenamiento, solo estaba ahí, pensando.

_____________ se sentó a su lado—. ¿Te duele? —susurró, viendo el rostro del pelirrojo.

Acercó su mano a la mejilla de su novio, acariciando con cuidado e intentando reconfortarlo con sus caricias, pasando con suavidad su pulgar por esa enrojecida piel.

—No.

La voz de Dabi era gruesa y profunda, aunque... parecía al borde del llanto.

—Te hicieron entrenar otra vez.

Los labios del chico se curvaron en una mueca afligida, sus orbes ya estaban irritados, y solo bastó notar la preocupación de su novia para romper a llorar.

____________ sintió como aprisionaban su cintura con fuerza, Dabi no tenía intensión alguna de soltarla. Acarició esos suaves cabellos rojos y dejó que se desahogara sobre su hombro.

Su blusa se fue humedeciendo poco a poco, y en ese momento se sintió realmente impotente—. Lamento no poder ayudarte más.

Dabi seguía manteniéndose en silencio hasta el momento, creía que al decir cualquier palabra no podría parar de llorar.

—Pero... pronto nos iremos, bebé.

Ante aquellas palabras la razón de sus lágrimas había cambiado.

Dabi alzó la cabeza, descubriendo su humedecido rostro y sus grandes ojos zafiro.

Sus mejillas habían enrojecido.

—¿Vendrás... conmigo?

Ambos unieron sus manos, intentando transmitir su sentir al otro.

Dabi le había contado sus planes hace mucho, no soportaba ni un día más en ese lugar.

Ella lo comprendía, no quería que él continuara sufriendo, no quería volver a tener que curar heridas causadas por Endeavor, no quería que su novio volviera a sentirse solo en ese lugar.

____________ apretó el agarre de sus manos con seguridad.

—Hasta el fin del mundo.

[ Dabi boyfriend goals ] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora