♡ Huir... juntos.
( Day Four — Write something based on your favorite song. )
[ Infra Red — Three Days Grace ]
El mundo se detuvo un momento ante el sonido de la música de aquellos auriculares. El bar de La Liga era testigo de una especie de reunión, aunque, después de que Shigaraki mostrara su inconformidad con la presencia de _________________, ella se limitó a ignorarlo, dándole play a algún álbum en la lista de Spotify de su novio y recostándose sobre sus piernas.
Veía en cámara lenta cómo todo se movía, era un tanto aburrido estar en se lugar, observó a Shigaraki hablando, no tenía idea alguna de lo que decía, incluso llegó a pensar que lo estaba viendo a blanco y negro.
Suspiró, algo reconformtada ante las caricias sobre su cabeza—. Sigues siendo emo —susurró en tono burlón—. ¿Cómo te puede gustar My Chemical Romance?
Dabi frunció el ceño y le dio una calada a su cigarro, meditando—. No lo entenderías.
—Three Days Grace sigue siendo mejor —se burló en voz baja.
—¿Se pueden callar de una puta vez? —gritó Shigaraki desde la barra—. Me tienen harto.
Antes de que cualquiera pudiera decir algo al respecto, Tomura se levantó, dispuesto a buscar pelea, segundos después Dabi lo imitó, bañado por la mala luz del lugar y tirando el cigarro a alguno de los ceniceros.
Se acercaron de forma lenta, la tensión entre ambos siempre había estado presente y pareciera que buscaran la mínima provocación para tener una excusa para pelear.
Ambos entendieron una mano, Shigaraki con la intención de hacerlo polvo, y Dabi iluminando el lugar con sus flamas azules.
Antes de que tan siquiera _________________ y Himiko pudieran apostar por ver quién saldría victorioso de aquel enfrentamiento, Kurogiri llegó para controlarlos, fraccionando sus portales y evitando que ambos se lastimaran.
El precio a pagar fueron la ahora desintegrada alfombra del bar y el nuevo techo de la barra chamuscado.
—¡Shigaraki Tomura, me costará mucho encontrar un remodelador de interiores! —regañó la mujer que había traído Kurogiri, _________________ no recordaba que su novio hubiera mencionado a otra chica a parte de Himiko—. ¡Y tú, Dabi, vas a tener que conseguir dinero para reparar eso!
Todos pensaban lo mismo, si pudieran ver el rostro de Shigaraki bajo aquella extraña mano posiblemente tuviera la expresión de un niño regañado—. Puedo hacer lo que quiera —masculló de forma rasposa—. Él solo está tratando de quedar bien frente a su novia.
Siendo aquella pequeña mujer la terapeuta de La Liga , por decirlo de alguna forma, además de la pareja del líder de aquella organización, estaba al tanto de todos los miembros y sus problemas, Dabi era quien más se rehusaba a pedir ayuda, por lo que oir acerca de una novia la llenaba de regocijo.
La expresión de la mujer cambió lentamente, mostrando una sonrisa y juntando sus manos de forma amable—. ¿En serio? —exclamó con alegría, dirigiendo su blanda mirada hacia el azabache—. ¿Dónde está tu novia, Dabi?
_________________ quería poder visualizar a la dueña de aquella voz, sonaba familiar. Aunque por más que quisiera, no podía. Desde la llegada de esa mujer, Dabi había empezado a retorcer, obstruyendo su panorama con su ancha espalda y evitando así el contacto visual bilateral.
Esto la había enojado—. ¡Muévete! —ordenó de mala forma, su fuerza no era suficiente para apartar el cuerpo de su pareja—. ¿Acaso es tu amante? ¿Es eso? ¿Por eso no puedo verla? —gruñó, algo más alterada—. ¡Quítate!
Dabi solo le limitaba a mantenerse en la misma posición, maldiciendo en voz baja—. No sabía que vendría hoy.
Quizá fue la canción de la maldita playlist lo que resonaba en su cabeza o alguna voz que le incitaba a la inseguridad, no lo sabía, pero para ese momento ya había empujado a su novio—. ¡Voy a descubrir con quién me estás engañando, tú-...!
Por inercia cayó al suelo, sobre la espalda de su novio.
Absorta, juró en nombre de todos los dioses que el tiempo se había detenido por si solo, sin necesidad de su don. Sus ojos de abrieron tanto que pensó que se saldrían de sus cuencas, dolía, el ardor en sus orbes o su piel siendo estirada. Volvió a la penumbra cuando el fuego se extinguió, incrédula y con la cabeza agachada, temblando, sintiendo que todo se teñía de rojo.
—Leiko.
Balbuceo, observando como la mujer frente a ella estaba de aquel mismo estado, sin poder creer lo que veían.
Se sintieron las dos únicas personas en ese momento, sucumbiendo ante el silencio de todos los demás al no entender el ambiente que las rodeaba.
—_________________.
Sintió náuseas del solo oír su nombre.
Retrocedió, alejándose con miedo, sintiendo el polvo de lo que fue la alfombra adherirse a sus prendas cuando Dabi se levantó.
Él la miró con esos ojos azules como el océano y fue en ese momento que sus pensamientos se conectaron, como en tantas otras ocasiones.
Tomaron la misma decisión que hace diez años.
Unieron sus manos y huyeron.
No importaron los gritos de Shigaraki de fondo o los intentos de algunos subordinados por retenerlos, igual que aquel día, simplemente corrieron sin mirar atrás.
Aún con aquella extraña sensación en su estómago y lágrimas en los ojos, _________________ continuó, siguiendo el paso de su novio y no queriendo recordar el momento, tentada a usar Tiempo para borrar aquella horrible memoria, o al menos ocultarla, solo hasta que pudiera digerir lo que acababa de ver.
Creyó que su corazón se saldría del pecho, aún utilizando sus dones para poder facilitar su escape tardaron demasiado tiempo en perderlos.
Aunque siempre terminaban en el mismo lugar, aquel bosque en las afueras de la ciudad.
Exhaustos y con las extremidades temblando.
_________________ se mantuvo callada, su vista estaba acuosa y su pecho dolía de una forma inimaginable por la actividad y el haberla visto otra vez.
Por supuesto que conocía a aquella mujer.
Sintió que todo se tornaba oscuro un momento, en su mente habían muchas miradas acusatorias, la veían con asco, la insultaban una y otra vez por estar enamorada de su hermano.
No compartía la misma sangre que Dabi.
Él posiblemente tuviera fuego en las venas.
Lo hicieron al mismo tiempo.
Juntaron sus dos manos, volviéndose un solo par.
Aquellas flamas azules envolvieron el cuerpo de ambos, sin sentir dolor alguno gracias al bucle de tiempo protegiéndolos.
Agitada, se aferró a él, logrando dispersar su obstruida vista de la oscuridad gracias a Dabi. Gracias a que él era luz.
Miraron el horizonte, dándose cuenta de que todo era consumido por el fuego.
Las emociones fuertes podían hacer que los dones de las personas se descontrolaran.
Quizás fue eso lo que los mató hace diez años.
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[ Dabi boyfriend goals ] ©
FanfictionPequeños escenarios donde podrás leer las ventajas de salir con el villano más moja bragas de todo BNHA. ¡Por favor, disfruten!