15.
¿Novio perfecto?
No lo creo
Muchas veces hemos pensado en nuestro chico perfecto; aquel que siempre nos regala flores, que está pegado a nosotras como chicle, aquel que es como si no tuviese vida propia porque está todo el rato pendiente de nosotras, aquel que estuviera tan locamente enamorado de nosotras que preocupaba, aquel... ¿Del que huíamos a escondidas al sótano, a oscuras, del conserje?
No lo creo.
Por supuesto Taylor no era de ellas.
Los pasos se oyeron cada vez más lejanos.
— Ya se fue.
— Eso creo.
Nuestras respiraciones agitadas se hicieron más notorias pasando factura por la reciente maratón.
Taylor llevaba atada la camisa manga larga en la cintura y solo quedaba en sin manga, algo reveladora, debido al calor y un jeans. Su cuerpo estaba empapado en capas de sudor y los mechones que habían logrado escapar del agarre de la cola alta estaban pegados a su cara en pequeñas ondas.
La puerta se abrió lentamente de forma tenebrosa, de la misma forma que pasaba en las pelis de terror, sembrando en mí aún más miedo de lo que creí posible. Hasta quedar detallado en ella una figura, concretamente una figura humana. Algunos rayos de luz escapaban en las partes libres del marco. Taylor no dudó en pegar su cuerpo mojado y caliente por el sudor con el mío, y yo empecé a mover mis manos en busca de un arma a ciegas intentando adaptar mi vista a la oscuridad. Conseguí dar con algo y con el sentido del tacto lo inspeccioné enseguida.
Palo...
Bien, esto debe valer.
— No te acerques... — susurré con el arma mortal entre mis manos temblorosas.
Adam no dudó en dar un paso más.
— ¿Qué más quieres de mí? — dramatizó Taylor aún aferandose a mi cuerpo. — Pero ten por seguro que no tengo miedo... Solo estoy calentando.
Aferré mis manos aun más al palo.
Adam tocó algo en la pared, cegando mi vista al iluminarse el lugar de repente, y cuando mi vista se adaptó a la luz del sótano, todos los detalles a mi alrededor quedaron expuestos y descubrí dos cosas:
Uno: El conserge escondía toda la basura en el sótano sucio y mugriento.
Dos: El chico castaño, pesado, acosador, obsesionado y novio de Taylor, Adam, no era quien se encontraba al extremo contrario de la habitación sino el conserje.
Ambas suspiramos aliviadas.
El conserje examinó la situación atentamente con las manos en los bolsillos de su uniforme mono verde y mugriento. Se pasó la mano por la cresta y después por el bigote mientras el cigarrillo descansaba en un extremo entre sus labios.
Debo admitir que pensando así parecía hasta listo.
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A través de mi diario [En Proceso 💕]
Ficção Adolescente¿Qué pasaría si el chico raro, callado, antisocial y reservado de la clase conociera todos tus secretos? Zoey es una chica aparentemente alegre y torpe que escribe todo lo que piensa y no puede decir de la gente en su diario, y no especialmente cosa...