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𝐌𝐀𝐓𝐑𝐈𝐌𝐎𝐍𝐈𝐎
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Imaushi Wakasa, a la edad de sus 13 años había sido comprometido con un chico mucho más joven que él. Si se lo preguntaran qué pensaba respecto a eso, era ridículo.
Un matrimonio tan desesperado para aquellas personas era lo más molesto que podría haber visto.
Rogar para que aceptarán tu hijo como futuro esposo aun alfa millonario era muy estúpido.
Wakasa solo deseaba que aquel matrimonio lo rompiera el omega, cuando fuera mayor de edad. Ya que con gusto rompería eso.
Pero la vida no es como parece y el chico conoció a su prometido, un pequeño omega de 7 años que cautivo sin querer su corazón.
Imaushi podía ver esos hermosos ojos como él cielo verle y esa sonrisa que podía hacerlo dudar sobre todo aquel matrimonio.
No era experto, ni mucho menos un alfa ejemplar, se había unido a una pandilla cuando esta en la adolescencia, causando que su vida se tornara de una manera muy molesta.
Conociendo a otro alfa, que por alguna razón lo miraba como alguien ¿Paterno?.
Él de cabello blanco solo le contaba su vida más íntima, el como sus padres pretendían casarlo con un niño de 13 años. Actualmente Wakasa había cumplido 18 años y espaba pensando marcharse de aquel hogar.
- Bueno mira el lado positivo, te cuidarán cuando este viejo.
- Cállate, un matrimonio con un joven omega es un delito. Pone sus ojos en blanco, sus padres estaban demente.
- No suena de esa manera, más bien creo que tus padres esperan que él sea mayor.
- Aun así, lo miraré como un hermano menor. - suspiro. El matrimonio arreglado era ridículo en primer lugar.
Imaushi sólo suspiraba pero realmente le agradaba la compañía del menor, eran tan cálida, que jamás se quería separar de él, pero después que Shinichiro falleció todo se fue a la ruina.
- ¿Entonces, desaparecer es la mejor opción?. Shinichiro miro al contrario mientras este solo agachaba su cabeza.
- No quiero lastimar a Takemichi, pero es lo mejor para ambos. Cerro sus ojos mientras sentía como su alfa le reprochaba la acción qué este estaba tomando.
Si mal no recuerda el omega era inocente ante aquello de sus padres, venderlo por dinero mientras lo abandonan a una familia desconocida era lo más repugnante a la vista del alfa.
Jamás pensó que el omega con el que lo comprometerian sería tan lindo, que si Wakasa seguía con el podría hacerle daño. Estaba en una edad que su Rut podría desatar una desesperante sed de deseo que no quería que este sufriera por ello.
