𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 ; 001

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𝐍𝐎 𝐌𝐄 𝐃𝐄𝐉𝐄𝐒 𝐒𝐎𝐋𝐎

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𝐍𝐎 𝐌𝐄 𝐃𝐄𝐉𝐄𝐒 𝐒𝐎𝐋𝐎


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—¡Mikey-Kun!
El grito de un pequeño rubio de mirada azul de escucho.

Él chico con aquel apodo solo se giro para sentir a su amante abrazándolo fuertemente.

—Takemitchy...
Miró de reojo al pequeño que estaba temblando en sus brazos. Estaba confundido.

Hanagaki no quería despegarse del cuerpo de su amado. Tenía miedo, miedo de que el se fuera de su lado. Como si de una estrella fugaz se tratara.

Hace unas semanas Takemichi tuvo un sueño, uno que constantemente se hizo presente. Aquel terror de que Manjiro estaba muerto lo hizo temblar. Al principio del sueño pensó que sólo fue algo pasajero, pero no.

Cuando uno de esos sueños vio morir de una manera trágica a su amado, su corazón no resistió más, realmente en cualquier momento eso podía hacer e realidad.

'Tus brazos son cálidos Takemicchi'

'No hay lugar para mi en este mundo'

'Takemitchy perdóname'

—¡Mikey-Kun!, ¡Manjiro!.
El de mirada gris seguía desconcertado por el comportamiento de su amado. Con un pequeño suspiro correspondió el abrazo, mientras le daba palmaditas para que pudiera tranquilizarse.

—Takemitchy cálmate por un momento.
Su rostro se dirigió al cuello descubierto del pequeño ya que quería oler ese aroma que le gustaba tanto a él.

—Mikey-Kun por favor...
El de mirada grisesa pudo escuchar la desesperación en la voz del rubio.
—Prométeme qué no morirás.
Sus ojos se empezaron abrir como plato al escuchar esas palabras.

'Así que eso era' pensó.

Suspiro.
—No puedo prometerte eso Takemitchy, los seres humanos no son inmortales. Pero te prometo que te amanare, cuidare y te haré feliz mientras este vivo Takemitchy.

Levanto el rostro mara mijar fijamente al rubio qué lloraba en sus brazos, sonrió. Con un sumo cuidado empezó a limpiar sus lágrimas, para terminar besando los labios del pequeño.

Takemichi correspondió el beso, pero se estremeció al sentir como su labio inferior era mordido y entraba una familiar lengua, explorando sus clavículas bucales. El rubio soltó un pequeño gemido entre el beso apasionado.

Unos minutos después se separaron por la falta de oxígeno. En eso Mikey junto sus frente para sonreírle.

—Takemitchy te amo más que a nada en este mundo, no dudes de ese amor.
El de orbes zafiros sonrió para luego besar nuevamente los labios de su novio.

Esa noche la cual Takemichi se entregó, pudo dormir en los brazos de la persona que amaba y deseaba a su lado, por el resto de su vida.

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