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𝐃𝐄𝐉𝐀 𝐐𝐔𝐄 𝐌𝐄 𝐐𝐔𝐄𝐃𝐄
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A lo lejos se podía ver aun rubio caminar con su mejor amigo. El cual le estaba haciendo bromas y burlándose de su mala suerte.
—Dejaras de reírte en algún momento. Takemichi solo puso sus ojos en blanco al ver que su amigo no paraba de burlarse.
—Es que, tu te metes en muchos problemas bastante graciosos Takemitchy. El de mirada esmeralda solo seguía riendo.
—Ya deja de burlarte maldito, no fue mi culpa el encontrarmelo y que me invitara a salir. Hanagaki solo suspiro.
—Pero es gracioso, porque no lo rechazaste. Se estaba riendo bastante fuerte el chico de cabello rubio.
Él chico de mirada azul, solo se resigno. En vez de llamar a la cosa que estaba riéndose su amigo, sería más bien tu enemigo en momentos críticos.
Takemichi ahora tenía que pensar en cómo no cometer un error mañana y salvar su vida de unos de los líderes de Black Dragons.
Llegando a su casa, solo fue directo a su habitación. Estaba claro que mañana podía morir a manos de Koko.
Suspiro.
Mirando el techo de su habitación recordó la conversación de aquel chico.
'—Oye llorón. Hanagaki se asustó por el repentino llamado. —¿Quieres salir mañana conmigo?. El rubio abrió sus ojos.
Takemichi pensó que estaba bromeando ya que ¿Quién en su sano juicio saldría con él?.
—Has perdido alguna apuesta. El de cabellera azabache solo alzó una ceja confundido.
Al ver la seriedad de aquel chico, por la cabeza del rubio solo pensó.
'¿De verdad quiere salir conmigo?'
—No es ninguna apuesta. Desvio un poco la mirada. —Solo quiero conocerte, si aceptas salir mañana no te arrepentirás. Hanagaki solo suspiro.
—Koko-Kun yo.. El de orbes océanos miro detenidamente al más alto. —Bien, saldré contigo. El pelinegro medio sonrió, mientras Takemichi lo miraba detenidamente.'
—Me sigo preguntando si fue una apuesta. Suspiro.
Él pequeño qué solo una neurona tenia, se empezó estresar así que para olvidar un poco lo que sucederá mañana, se fue a dormir.
A la mañana siguiente el rubio despertó, mientras seguía pensando sobre la cita de hoy. Se fue a bañar, carbiarse y esperar la hora acordada por el loco por el dinero.
