Prólogo *

179 6 0
                                    

2 de diciembre

Alba:
A pesar de estar juntos, no estamos en nuestro mejor momento y ambos lo sabemos. Sabemos que la ruptura por culpa de Alex le ha pasado factura a nuestra relación ya que ahora ambos somos mucho más distantes y cada conversación se convierte en una jodida discusión; aún así, sigo jodidamente enamorada de él.

A pesar de querer aparentar delante de nuestra familia que no discutimos, el distanciamiento es notorio, además del de Alex y Liam.

El timbre hace que salga de mis pensamientos, bajo las escaleras y abro la puerta, encontrándome a Liam, que mira distraídamente su teléfono. Al notar que he abierto la puerta, alza su rostro y me mira con una leve sonrisa, sonrisa que se borra de mi rostro al ver su labio partido.

–¿Qué te ha pasado?–pregunto preocupada.

Él se encoje de hombros.

–Nada importante.

–¿Nada importante? Tienes el labio roto, a mí me parece algo importante.

–No ha sido nada–rueda los ojos, pareciendo molesto.

Frunzo levemente mi rostro. ¿Él está molesto? Debería de estar yo molesta porque está claro que me está ocultando algo.

–¿Qué me ocultas?–pregunto lentamente.

Mi pregunta hace que Liam frunza su ceño. Me hago a un lado y dejo que pase, entonces cierro la puerta, caminamos hasta el salón y una vez estamos ahí, repito mi pregunta, está vez siendo mucho menos cautelosa.

–¿En qué mierdas estás metido?

–No estoy metido en nada–frunce aún más su ceño, mientras a su vez se cruza de brazos.

–¿Con quién te has peleado, Liam?

–Ya te he dicho que no ha sido nada. ¿Podemos cambiar de tema?

–No hasta que me digas qué pasa.

–No está pasando nada, solo son paranoias tuyas–bufa–No he venido para discutir contigo por tonterías sin importancia.

–No estamos discutiendo, estamos hablando–frunzo aún más mi ceño.

–Últimamente cada vez que hablamos discutimos–murmura–Ya no hablamos, discutimos.

–Eso no es verdad–murmuro ofendida.

–¿No? ¿Y que estamos haciendo desde que has abierto la puerta?

–Perdón por preocuparme por mi novio–ironizo–Al menos yo lo hago.

Mis palabras hacen que él apriete su mandíbula y aparte su mirada, cuando la devuelve a mi sus ojos oscuros expresan ira.

–Me voy–murmuro–No voy a perder el tiempo discutiendo contigo.

Dicho esto, comienza a caminar hasta la salida, pero mis palabras hacen que se pare en seco en medio del pasillo.

–Te vas para no enfrentar la situación–murmuro–Como siempre haces.

Liam se gira para enfrentarme, la vena de su cuello está fuertemente marcada y apuesto que sus dientes chirrían de tan apretados que están.

–Si me voy es para decir algo que pueda dañar ésto más de lo que está–espeta–Y sobretodo para no dañarte a ti.

Su respiración es acelerada y su pecho sube y baja rápidamente. Entonces algo las piezas encajan en mi cabeza y completan el puzzle, y para mí suerte, el resultado del mismo me horroriza y aterra a partes iguales.

¿Juntos? ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora