Capítulo 1 *

96 4 0
                                    

Alba:
Mi cabeza da vueltas y puedo notar como mi corazón está acelerado, tanto que me pone nerviosa.

–¿Qué mierdas has tomado?–me pregunta Camila.

–Que no he tomado–río.

–Alba, hablamos en serio, tienes que decírnoslo.

–He tomado vodka, ron... Ginebra... ¡Era rosa!–exclamo–He fumado un par de cigarrillos verdes... ¡He matado a los padrinos mágicos!–exclamo preocupada–¡Soy una asesina!–comienzo a sollozar.

La música se para de repente, dejó de sollozar para mirar quién la ha apagado. Mi cuerpo se tensa al ver a Liam, totalmente tenso y con una mirada asesina.

–Todos fuera. En tres minutos llegará la policía–avisa.

Toda la gente comienza a correr de un lado a otro, huyendo rápidamente. En el camino tiran botellas y decoraciones, rompiendolas. En cuestión de poco tiempo, la casa se queda totalmente destrozada y vacía, siendo mis amigos y yo los únicos que quedamos aquí. Liam se acerca a mi, por lo que tenso mi cuerpo.

Estoy olvidando algo. Su mirada me lo expresa.

¿El qué? No tengo ni la menor idea.

–¿Qué has tomado?–pregunta, arrodillándose delante de mi.

–Nada–suelto un risita que parece enfadarlo más.

–No estoy para juegos–espeta con dureza.  

Me inclinó para quedar más cerca de él, entonces sonrió e intento darle un beso, pero me lo impide alejándose de mi, haciendo que frunza mi ceño molesta.

–Apestas a alcohol y maría–murmura.

–Ups–suelto una risita.

Los chicos intentan entrar sigilosamente, pero fallan una vez que Adrián se cae al suelo y Alex comienza a reir, ya que encima se ha caído Rayan, por otro lado, en la encimera están Mario y Tyler, a punto de quitarse la ropa.

–¡Qué ha pasado aquí!–exclama mi madre.

Oh mierda.

Mis padres entran al salón mientras sueltan maldiciones. El ambiente se vuelve tenso y todos a excepción de Liam—que ya está jodidamente tenso—nos tensamos.

–Quiero explicaciones de inmediato–exige mi padre.

–Han decidido hacer una fiesta un miércoles–resume Liam–Y estan todos que apenas se pueden mantener en pie.

–Estoy tan decepcionada–murmura mamá.

–Quiero que limpiéis todo esto, mañana hablaremos muy seriamente de esto.

–Mañana ni siquiera recordarán esto–murmura bajo Liam–O quizás si prefieras acordarte de esta fiesta antes de la promesa–susurra, para que solo lo escuche yo.

Joder. Eso era. Le había prometido a Liam llamarlo está noche para arreglar nuestra relación.

–Lilo...–murmuro.

–No, me he cansado de discutir–murmura–Alex, tenemos un jodido trabajo que terminar y no me importa una mierda que tanto hayas bebido. Nosotros nos encargamos del piso de arriba.

Alex asiente y ambos se van hacia la planta de arriba. Muerdo mi labio inferior sintiéndome como una completa imbécil.

–Lo siento–murmuro.

–Me has decepcionado mucho, Alba–murmura papa–De ellos lo podía llegar a esperar, pero no de tí.

Agachó mi cabeza conteniendo mis lágrimas. Parece que no dejo de joderlo.
Mamá suspira y nos ordena tareas para ir más rápido y una vez acabamos, los padres de cada uno los recoge.

–Sube a tu habitación y date una ducha. No quiero escuchar ni un ruido–ordena mi padre con tono duro.

Tras disculparme de nuevo, subo las escaleras y entro en la habitación de Alex, notando el ambiente tenso.

–¿Liam, podemos hablar?

–No, tenemos cosas que hacer.

–Por favor...

–Creo que tú padre ha sido claro cuando te ha ordenado que vayas a tu habitación, Alba–murmura mamá a mis espaldas–Deja de molestarlos, están haciendo un trabajo para la universidad.

Asiento y entró a mi habitación, sintiendo una horrible presión en mi pecho. Mi cabeza da vueltas y mi boca parece estar seca. Mis ojos pican y a pesar de querer sollozar, no puedo.

Liam:
Una vez terminamos el trabajo, me despido y me monto en mi coche. Durante el tiempo que he estado a solas con Alex, hemos podido aclarar un poco las cosas, cosa que me tranquiliza.

Suspiro cansado, a pesar de que quiero arrancar e irme, no puedo. No puedo sabiendo que Alba y yo no estamos bien. Mi teléfono suena, acepto rápidamente la llamada al ver que se trata de Alba.

–Lilo–solloza–Lo siento...

–Necesitamos hablar–murmuro.

–¿Te has ido?–sorbe su nariz.

Tras decirle que estoy en mi coche, y asegurarme que va a bajar, la veo. Su nariz está roja, sus ojos hinchados y su cuerpo se tambalea hasta que se sienta delante de mi.

–Siento haberme olvidado de la promesa.

–No estoy enfadado por eso–murmuro–Al menos no solo por eso. Me molesta que hayas preferido emborracharte, drogarte e irte de fiesta antes que arreglar nuestra relación.

–No prefiero eso–asegura rápidamente–Te prometo que quiero arreglar ésto.

–No sigas prometiendo en bano–pido.

–Liam, te quiero, realmente lo hago. Sé que soy insegura, celosa, algo inestable y bastante inmadura, pero si algo tengo claro, es que quiero una vida contigo, juntos. Estoy segura de que va a ser difícil, pero quiero luchar por nosotros.

Un nudo se forma en mi garganta. Suspiro tragando dicho nudo y mi orgullo.

–Soy consciente de que nunca he tenido una relación, que mi carácter es difícil y que estar conmigo también lo es. Pero durante el tiempo que hemos estado juntos te he demostrado que eres mi prioridad, mi jodido mundo y que doy todo por ti y porqué estemos bien.

Ella siente y suspira, entonces cierra los ojos. La conozco tanto, que se que va a soltar algo que no me va a gustar mada.

–Ya que nos estamos confesando.... No soporto saber que has estado con tantas chicas y que nunca voy a ser tú primera vez en nada.

–Es mi pasado y no puedo hacer nada para cambiarlo, pero puedo centrarme en mi presente, y mi presente y mi futuro eres tú–murmuro–Además, eres la primera y única chica de la que me he enamorado, así que, sí eres mi primera vez en algo.

Ella sonríe y asiente.

Mi teléfono suena, al estar en medio de ambos, los dos bajamos la cabeza. Frunzo el ceño al ver un mensaje de Alexa, que dice que cuando volvemos a vernos.

–¿De que habla?–pregunta Alba, volviendo a tener su voz rota.

–No tengo ni la menor idea–aseguro rápidamente.

–Dime la verdad, Liam–pide.

Las lágrimas se escapan de sus ojos, volviéndolos rojos.

–No he estado con nadie–aseguro–Confia en mi.

–¡No puedo confiar en ti si me has mentido mirándome a los ojos, sabiendo que habías estado con otra!

–¡No he estado con otra!

Alba comienza a sollozar, entonces sale rápidamente del coche. Aprieto mis labios y echo mi cabeza hacia atrás, suspirando. Sé que quizás debería ir detrás de ella para explicarle que lleva días mandándome mensajes, pero no tengo ganas. Me he cansando de ser el único al que parece importarle nuestra relación, el único que se esfuerza por arreglarla o intentar ponerse en el lugar del contrario. Simplemente me he cansado.

¿Juntos? ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora