Capitulo 17 *

73 3 0
                                    

Liam:
–El problema fue uno en concreto que se clavó en mi espalda e hizo una herida muy profunda que se agravó cuando saque del coche a mi hermano, casi estaba tocando mi médula, necesitaron seis horas para sacarlo.

–Dios...

–Lo irónico es que el que tenía peores heridas era yo, pero el que murió fué él.

–El destino a veces es caprichoso–suspira–¿Puedo preguntar que heridas tenía él?

–Nunca he sido capaz de terminar de leer su parte médico–confieso–Pero algo se le clavó en el muslo pero no recuerdo el qué. También sufrió un par de quemaduras en las manos por el airbag y una pequeña brecha que puedo jurar que no parecía tan grave–aseguro–Estuvo hablando conmigo hasta que llegó la ambulancia, se mostraba un poco desconcertado por momentos pero pensé que era por el golpe en su cabeza–finalizo, con una sonrisa amarga ante un recuerdo que lleva atormentándome años.

Una vez estamos fuera del coche, sentados en el pasto seco, espero a que la policía y la ambulancia lleguen y realmente espero que lo hagan pronto, porque no se cuanto tiempo el dolor de mi espalda me mantendrá despierto y cuanto durará la venda improvisada que le he puesto en la herida a mi hermano.

–Tengo ganas de vomitar–musito adolorido.

–Tu aspecto da pena–sonríe–Seguro que con luz te ves peor–bromea, intentando relajar el ambiente tenso.

–Me cuesta respirar, Jamie–aseguro, comenzando a hiperventilar levemente.

Tengo un dolor terrible en los costillas, siento como se clavan contra mi piel rasgandola lentamente.

–No es un muy buen momento para tener un ataque de ansiedad, Li–asegura–Sabes como calmarte, respira hondo, coge bocanadas de aire...

–No es un ataque de ansiedad–ruedo los ojos, notando cierto dolor en mi ceja.

–¿Has llamado a Ángela? No quiero que piense que nos ha pasado algo malo.

–James, nos ha pasado algo malo. Hemos tenido un jodido accidente de coche–musito.

–¿Ah, sí?–murmura algo desconcertado–Si es cierto que me duele un poco la pierna–comenta.

Una vez baja su mirada a su muslo, suelta un chillido e intenta sacarse... De la pierna, pero se lo impido notando como mi espalda duele con intensidad al realizar un movimiento brusco.

Maldita laguna.

–No lo toques o conseguirás que sea más profunda.

–¿Crees que a Ángela le parecerá sexy una cicatriz?

–Seguro que si–sonrío.

–Yo creo que a Alba también–sonríe vacilón–¿Cuándo vas a besarla?

–Nunca. Alex me mataría.

–Nunca sabes cuando será tu último día Li, si no te arriesgas nunca, nunca ganaras–murmura.

Ojalá James pudiera ver que me arriesgué y estoy con la chica de mis sueños, con la chica de la que no paraba de hablar con él y que me traía loco.

–¿Estás bien, Li? Te has quedado cinco minutos en silencio mirando a un punto fijo.

–Estoy bien. Es solo que nunca hablo del accidente y nunca me he abierto tanto como contigo.

–Gracias, tanto por confiar en mi para abrirte como por venir para comer conmigo–sonríe con sinceridad.

–Es lo que hacen los hermanos mayores–me alzó de hombros–¿Has hablado con papá sobre lo del instituto?

¿Juntos? ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora