Capitulo 32 *

61 3 0
                                    

Liam:
Mi cuerpo se tensa por completo al ver esa figura que tanto me atormentó. La misma que hizo qué mi vida se paralizará y diera un giro de 180°. Ni siquiera tengo tiempo a reaccionar cuando mi vista se fija en la figura de al lado, entonces cualquier estado de alerta desaparece para dejar lugar a la ira.

Zack está de brazos cruzados, mirándonos con una sonrisa que desearía hacer desaparecer con un jodido puñetazo. Sé perfectamente que su vista está puesta en Alba. No sé qué intenta, solo sé que me adelanto un paso—en un intento de que Alba se sienta segura y sobretodo dispuesto a golpearlo ante cualquier palabra errónea—alertando a mis amigos, que también lo dan.

–¿Que mierdas haces aquí?–espeta Alba.

–¿No te alegras de verme?–sonríe.

–Solo si fuera una foto en tu jodido funeral.

Esa es mi chica.

–Seguro que en ese caso estarías llorando, osita.

–Vuelve a llamarla así y juro que te parto la mandíbula–espeto.

–¿No prefieres que yo te parta otra cosa, Liam?–pregunta Angie con una sonrisa.

Mientras ella da un paso hacia mi dirección, yo lo doy hacia atrás, provocando que sonría al saber que todavía tiene ese efecto que tanto detesto en mí. Llevo años trabajando en ésto y todavía no soy capaz de controlar el impulso de salir huyendo al enfrentarla. A pesar de llevar años trabajando en la situación, ella todavía tiene efecto en mí, consiguiendo que en cada encuentro, de mas pasos hacia atrás y sienta que todos los que he dado para avanzar hayan sido en bano.

–¿Quieres que te parta yo la nariz, Meyer?–espeta Alba.

–Cuanta agresividad, osita.

–Te lo he avisado–murmuro.

Cuando estoy a punto de llegar a él, Rayan y Mario agarran mi torso, parándome mientras me alejan de él, que no para de soltar cosas para provocarme aún más.

–Soltadme, pienso matarlo–espeto.

–Respira hondo–me pide Rayan.

–¿Quién es Meyer?–escucho que pregunta Leah.

–La chica que abusó de tu hermano–responde en voz baja y calmada Tyler.

Escucho el jadeo de Leah, estoy centrado en instar soltarme para borrarle la jodida sonrisa a Zack. No voy a negar que otros los digan en alto me afecta, ya que aunque no debería, me avergüenza. En ese entonces, cuando pasó, ni siquiera terminé el curso yendo a clase ya que en menos de una semana era el tema del momento y todo el instituto hablaba de eso y como después pasó todo el tema del accidente, no volví al instituto hasta la segunda evaluación del antepenúltimo año de instituto, cuando todos me tenían olvidados y Angie estaba fuera del mapa, hasta que volvió a aparecer.

La voz de Angie afirmando que no abusó de mí y que yo la provocaba me hace reaccionar, obligándome a salir de mis pensamientos.

–¿Que yo te provocaba?–espeto con ironía.

–Sí, durante meses, Liam.

–Dime una jodida cosa que hiciera para provocarte–espeto.

–Siempre que hacías ejercicio te levantabas la camiseta para mostrar tu cuerpo.

–¡Me secaba el sudor!

–¡Si, claro!–ironiza.

–¿Sabes cuál es tu jodido problema, Meyer? Sabías que nunca podrías tenerle, que nunca se fijaría en una chica como tú y no soportabas ver cómo pasaba de tí completamente,por eso empezaste a obsesionarte con él y ver cosas donde no las había–espeta Rayan.

–¿Y sabes que fué lo único bueno de que volvieras?–continúa Tyler–Ver lo destrozada que estaba al ver que Liam empezó a salir con Walker, y tu jodida cara al ver como Liam elegía a cualquier chica menos a ti.

–Estábamos jodidamente satisfechos de que el universo te devolviera una mínima parte de lo que le hiciste pasar a Li–sigue Mario–¿Te suena Jason Spencer, tú ex novio? Todo fué un jodido plan para hacerte pasar una cuarta parte de lo que le hiciste a Liam. La forma en la que te dejó, te humilló, la forma en la que se extendió la noticia y esas fotos, absolutamente todo estaba planeado al milímetro.

–¿Y sabes que es lo mejor, Meyer? Que fuiste tú la que echó del puesto a tu tío, no nosotros. Condenaste su vida laborar por una jodida estupidez–sonríe Adrián con ironía–¿Y sabes que es mejor que todo eso? Que nunca en tu jodida vida podrás estar con Liam, nunca.

–Porque está con Alba, que lo hace jodidamente feliz y vas a tener que ver lo feliz que es a pesar de lo que le hiciste, vas a tener que ver cómo avanza, como triunfa y te tocará ver en algun momento su boda y la exclusiva de su primer hijo, porque no siento para nada decirte, que su vida no acabó ese dia en aquel jodido baño–finaliza Alex.

No sé cuándo me han soltado, ni tampoco sé en qué momento mis ojos se han humedecido, pero por alguna razon me siento lo suficientemente valiente como para dar un paso a su dirección. Sus mejillas están mojadas por las lágrimas que derraman sus ojos mientras que Alexa intenta darle apoyo inútilmente, pero no me da pena ninguna, porque por primera vez, no me siento vulnerable cerca de ella, ni con miedo.

Creo que es la primera vez que tengo claro algo; quiero que se haga justicia y no solo por mi mano. Sin importarme quien me crea y quien no.

–Nos vemos en los tribunales, Meyer.

–¿Me vas a denunciar?–ironiza–¿Y quién mierdas te va a creer después de tanto tiempo? Además, me van a creer a mí, olvidas que mi tío era el director del instituto, testificará a mí favor.

–Puede que tú tuvieras contactos en el instituto en aquel momento, pero yo los tengo en los juzgados–le recuerdo–¿A quien crees que creerán? ¿Al nieto y sobrino de jueces, además de hijo y sobrino de abogados con prestigios, o a una niña de papá?–alzo una de mis cejas.

–No te atreverías–espeta Zack–Siempre has hablado mucho pero nunca te has atrevido a hacer nada.

–¿Quieres probarme? Porque puedo asegurar que no me va a temblar el pulso.

–¿Como te atreves a estar aquí?–escucho la voz de mi madre a mis espaldas.

–Eres una...–espeta papá.

–No hace falta–le corto–Ya nos hemos encargado nosotros–aseguro, girándome para mirarlo.

Papá me mira dudoso mientras que mis tíos buscan algún indicio de que vaya a tener un ataque de pánico o de que esté mal, pero al ver que no lo tengo, se sorprendes, creo que gratamente, ya que mi tío Alex sonríe con cierto orgullo.

–Es buenos veros de nuevo, señores Williams–sonríe Zack.

–No puedo decir lo mismo–espeta mi tío.

Sorprendiendo a todos, mi tío se acerca a Zack totalmente enfurecido y le da un puñetazo en la nariz, seguramente rompiéndosela ya que lo ha hecho con tanta fuerza que casi ha hecho que Zack acabe en el suelo.

–No se te ocurra volver a acercarte a mi familia en tu jodida vida–espeta–¿Recuerdas que Liam está en la federación de boxeo? Como te acerques pienso dejar que rompa cada maldito hueso de tu cuerpo.

¿Juntos? ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora