Capitulo 16 *

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Liam:
Suspiro con frustración.

¿Qué mierdas le habrá pasado?

Bajo del coche, cuando llego al ático, Lizzy me pregunta el motivo por el que Leah ha empezado a sollozar una vez le ha preguntado como le ha ido en su primer día de instituto.

–No ha querido decir nada–murmuro con frustración.

–¿Como está Alba? He visto que han publicado algo íntimo.

–Bueno, lo mejor que puede estar–murmuro.

–¿Que ha pasado?– me pregunta lentamente, con cautela–No estás bien y tienes sangre seca en el labio y en el cuello.

Le cuento resumidamente mi jodido día. Ella me escucha con atención y se acerca a mi para consolarme y darme palabras alentadoras, además de limpiarme la herida. Tras un largo rato, decido ducharme y ver si puedo saber qué mierdas le ha pasado a Leah Lara hacerla llorar de tal manera.

Una vez estoy delante de su puerta, la golpeó varias veces sin obtener respuesta alguna, por lo que decido hablar directamente.

–¿Puedo entrar?–le pregunto a la puerta.

–¡No!–solloza.

–Voy a hacerlo de todas formas–aviso.

Escucho quejas camufladas entre sollozos, pero de todas formas entro. La encuentro tumbada en la cama, abrazando una almohada. No lleva el uniforme si no ropa más cómoda.

Al menos no se ha pasado las dos horas que le he dejado para calmarse llorando.

–¿Quieres hablar sobre tu primer día?

Mi pregunta hace que sollocé más fuerte.

Genial.

Me acerco a ella y agarro la silla de su escritorio para colocarla delante de su cama, después me siento en ella y suspiro, cruzando mis brazos.

–¿Que tan malo ha podido ser?

–No quiero volver ahí–su voz se rompe al hablar.

–¿No has hecho amigos? Los primeros días suelen ser difíciles.

–Todos me odian.

Frunzo mi ceño–La mayoría ni siquiera te conoce así que no puedes afirmar que todos te odian.

–Te equivocas, todos me conocen–asegura.

Leah se incorpora y se sienta colocando una pierna encima de otra, entoces echa su cabellos hacia atrás y habla–Soy la hermana de, la chica que supuestamente se besó con su hermano mayor, la rompe hogares, el secreto de papá...

Joder, sabía que iba a ser duro, pero no pensé que usarían los trapos sucios de nuestra familia en contra de ella para meterse con ella.

–¿Quién ha sido?

–Unas chicas... Ni siquiera sé su maldito nombre–sorbe su nariz–Pero al parecer, ellas conocen todo de mi.

– Descríbelas, quizá pueda conocerlas.

–Una era rubia con cabello largo y liso, estatura media, complexión delgada, exageradamente retocada y con ropa expuesta...

–Alexa–espeto–Esa imbécil no va a parar hasta enfadarme.

–La otra solo está a sus espaldas riéndose–murmura–No quiero volver.

–¿Qué hicieron?–insisto.

–Aprovecharon que fui al lavabo y estaba a solas para empezar a burlarse de mí... Salí de ahí y fui directa a la cafetería donde se suponía que iba a comer con Alba pero no estaban, así que me senté en una mesa y me puse a ver mi teléfono hasta que volvieron a molestarme. Esta vez empezaron a soltar cosas tuyas y de papá... No... No sabía que decir.

–Leah, no importa lo que digan de papá o de mí, créeme que no nos va a afectar ni lo más mínimo.

Ella asiente y suspira–Estuvieron toda la hora de la comida ridiculizandome y soltando comentarios hirientes y aprovecharon cada cambio de clase o la maldita clase que compartía con la rubia tonta para seguir ridiculizandome.

–Joder, lo siento–murmuro–Voy a arreglarlo, no sé cómo pero lo voy a hacer.

–No ha sido tu culpa–murmura.

Técnicamente, si lo ha sido. Me comporté como un capullo con ella y a pesar de que después se vengo intentando que me hiciera cargo de un hijo que no era mío; no pensé que aprovecharía que mi hermana pequeña es nueva en el instituto para hacerle la vida imposible y sin duda, una vez sabidos sus planes, no voy a dejar que lo hagan.

–¿Estás mejor?

–Un poco. ¿Como está Alba?

–Lo mejor que puede–respondo–Creo que no irá en una buena temporada al instituto.

Ella asiente y suspira–Seré el objetivo durante esa temporada–murmura bajo.

Joder, no sé qué hacer para que eso no pase.

–Te diría que puedo hablar con el director para intentar arreglar la situación pero no soy muy querido por él.

–No importa–encoje sus hombros, restándole importancia.

***

Al día siguiente, justo antes de que suene el timbre que indica que se ha acabado las clases, voy directo hasta la puerta de la clase de geografía y me quedo esperando ahí, sabiendo que es la clase que tiene Leah. Una vez suena y los estudiantes empiezan a salir a los pasillos, algunos se quedan mirando pero pasó completamente y me centro en esperar a mi hermana, la cual no tarda en salir de su clase y mirarme sorprendida.

–¿Que haces aquí?–pregunta sorprendida.

–Ayer dijiste que cuando peor lo pasas es en la hora de comer–murmuro obvio–Asi que aqui estoy.

–¿Has venido para que no coma sola?–pregunta sorprendida.

–Te aseguró que si me ven a mi, no sé atreverán a decirte nada–aseguro.

Ella sonríe a medias y mientras vamos hacia mi coche para que coma, me cuenta como le ha ido en sus clases. Una vez llegamos, ella saca su almuerzo, por lo que bajo las ventanillas y enciendo un cigarro.

–¿No tienes clases?–pregunta.

–Penal, pero Alex tampoco iba a ir así que no iba a ir yo solo–me alzó de hombros.

–¿Vais a todos lados juntos?

Sonrió a medias–Sí, sobretodo desde que James...

–Entiendo. Debió de ser muy duro.

–Fue duro el duelo, no tanto la perdida–comento, aunque al ver la confusión en su rostro lo explico mejor–En el accidente, pude despedirme de alguna forma de él, aunque no era consciente de la gravedad de sus heridas y estaba seguro que sobreviviría. Cuando falleció, yo estaba en el hospital y no me enteré hasta casi dos días después porque estuve entrando y saliendo de quirófano.

–¿Puedo preguntar que herida tenias para necesitar de varias cirugías?

–La primera vez fue porque una de las costillas que se me rompieron estaba presionando mi pulmón derecho y habia riesgo de que lo perforará y se llenará de sangre–murmuro–La segunda fué porque tenia cristales incrustados por todo el cuerpo, sobretodo en los brazos, así que prefirieron sacarlos en quirofano para asegurarse de que salían enteros, ahí también aprovecharon para coserme la ceja, me habia hecho una brecha al golpearme en las vueltas de campana.

Le doy otra cala al cigarro, intentado disminuir la ansiedad que me da hablar sobre el accidente. Siempre ha sido un tema tabú para mí y he omitido hablar de ello durante años, ni siquiera en terapia me he abierto tanto como ahora. 

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