Capítulo 6 *

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Alba:
Soy la primera en entrar al coche de Liam, por lo que me siento en el asiento de copiloto. Al ver que llegó sola, bufa con molestia. Levanto la vista de los apuntes que Liam ha hecho para explicarme los temarios para comprobar que está bien.

–¿Cómo estás?–pregunto directamente.

–Estoy bien–me asegura–¿Estás nerviosa?

–Mucho–suspiro–Tengo miedo de suspender y fallar.

–No vas a suspender y mucho menos a fallar, y si eso llegara a pasar no pasaría nada. Estudiaríamos el doble y aprobarías.

Sonrió y dejó otro beso corto en sus labios.

–¿A qué hora tienes los exámenes?

–Fisica a segunda hora y matemáticas nada más terminar el descanso.

–¿Quieres que vaya para repasar matemáticas?

–Por favor–suspiro.

–¡Soy el mayor, merezco ir delante!–se queja mi hermano al ver que estoy en el asiento del copiloto.

–Hubieras estado preparado a la hora–le saco la lengua.

–¡Li, dile algo! Yo siempre voy delante en tu coche–se queja.

–Vamos a llegar tarde–bufa el anteriormente nombrado–Sube al coche y en cuanto dejemos a tu hermana, te sientas delante.

Alex bufa y acata la orden de su mejor amigo, entonces se siente en la parte de atrás, justo en el medio.

–¿Puedo preguntar por qué tienes la cara golpeada?–pregunta con preocupación–Estoy seguro de que no fué por el combate.

–Solo fué una pelea que se salió de control. Estoy bien–le asegura.

Mi hermano busca mi mirada para verificar lo que dice. Técnicamente, en la primera parte tiene razón, fué una pelea que se salió de control.

–Bien, me estáis escondiendo algo y no me gusta nada que lo hagáis.

Liam suspira y responde–Me peleé con la pareja de mi madre y después con mi madre, no hay mucho más.

–¿Estás bien? ¿Quieres hablarlo?

Liam niega mientras se centra en la carretera, entonces mí hermano decide cambiar el rumbo de la conversación.

–¿Y puedo preguntar sobre vosotros?–sonríe con inocencia.

Liam y yo compartimos una mirada, finalmente suspiramos y asentimos, dándole vía libre.

–¿Lo habéis arreglado?

–Sí–murmuramos al unísono.

–Menos mal, no soportaba veros mal–suspira–Y menos ser el mensajero de la pareja–bromea.

–No eras el mensajero–ruedo los ojos.

–¿Quién se encargó de infórmale a Liam que estabas viendo durante tu estancia en el hospital? Exacto, yo–sonríe.

Antes de que pueda responderle, Liam aparca delante de la entrada del instituto, debo un corto beso en sus labios y salgo del coche mientras escucho comentarios tan estúpidos como mi hermano. Reconozco las miradas de envidia que recibo por parte de algunas chicas, pero no puden importarme menos la verdad. Sonrió y alzó mi rostro sin dejar que me intimiden mientras me acerco hasta mis dos amigas.

–Tienes a la mitad del instituto envidiándote y a la otra mitad deseando ser tú–bromea Hailey.

Me alzó de hombros y tras escuchar el primer timbre de aviso para que entremos, nos encaminamos cada una a su respectiva clase. Está hora se me pasa jodidamente larga por los nervios que siento, por lo que cuando vuelve a sonar el timbre salgo rápidamente de esta clase para encaminarme hacia la de fisica.

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