Gentaro ⁵

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—Quiero una.

—No.

—¡Por favor!— se quejó y pataleó sobre el sillón

—No. Onee-san, estas son mías. Te puedo dar una de aquellas.— las señaló.

—¡Yo quiero una de esas!

Ramuda no cedía, y ella se dio cuenta de que por más que siguiera insistiendo, no lograría nada; en ese momento, fue cuando me miró.

—¡Gentaro~!— chilló levantándose del sofá doble, donde hace unos momentos se encontraba con Ramuda, y se dirigió a mi sentándose en mi regazo e interrumpiendo mi lectura. —¡Ese pequeño demonio rosa no me quiere regalar una paleta!— se quejó.

—Sabes que Ramuda es muy especial cuando se trata de sus dulces.

—Pero le estaba invitando de estas otras.

—Y yo quería de las otras.

—______, eres todo un caso. ¿Puedes dejarme continuar mi lectura? Gracias.— ella dio un salto y bajó de mi regazo, dándome la espalda.

—Es el colmo.— dijo después de un momento en silencio. —Ni siquiera mi novio me hace caso, a pesar de que busco llamar su atención de mil maneras.

Ante su comentario, me fue imposible soltar una risa.

—No necesitas llamar mi atención— dije tomando su mano. Ella volteó a verme. —Siempre estoy al pendiente de la musa de mis historias.

—¡Oh no! No dejaré de quejarme por el simple hecho de que hables bonito, novelista cínico.— soltó mi mano de una manera brusca. —Bien, como ambos son malos conmigo, iré a buscar a mi amigo Dados al casino. Seguramente él si me tratará bien.— terminó tomando su chaqueta y salió del estudio de Ramuda.

—Vaya que onee-san es un poco difícil de entender.

—No, no es así.

—¿Eh~? ¿A caso tú la entiendes?— me preguntó justo cuando le daba la vuelta a la página de mi libro. Mis labios esbozaron una sonrisa y lo miré.

—El amor no necesita ser entendido, solo necesita ser demostrado.— respondí mostrándole la pequeña nota que estaba atrapada entre las hojas de mi libro, la cual, tenía un gran "Te amo ♡" escrito.

—¡Aww~! ¡Onee-san es muy linda~! Tienes razón. No hace falta que yo la entienda si tu ya lo haces a la perfección.

—No es que yo lo entienda del todo.— regresé mi vista a mi libro, y el continuó con sus bocetos —He pensado en pedirle matrimonio, ¿sabes?

Pensé que haría algún comentario respecto al vestido de novia o algo asi, pero eso no pasó. ¿Realmente fue una noticia que lo dejó en shock?

Decidí, una vez más, apartar la vista de mi libro para mirar a Ramuda, llevándome la sorpresa de que lo tenía frente a mi con una gran sonrisa y los ojos brillantes.

—¿Pasa algo?— pregunté lo más neutral que pude, esperando su respuesta.

—¡Claro que pasa algo! ¡Gentaro va a pedirle matrimonio a ______ onee-san!

—Sólo dije que lo pensé, Ramuda. No es como que vaya a...

Su aura cambió totalmente; se volvió oscura.

—¿Sólo lo pensaste?— aclaré mi garganta.

Aún no me acostumbro a esa mirada de Ramuda, y siendo sincero, me da miedo.

—Si. Lo haré algún día, pero no pronto.

—¡Wah~! Eso es muy injusto de tu parte, Gentaro~— se quejó volviendo a su tono de siempre. —Sólo me haces ilusionarme con la idea de confeccionarle un vestido de novia a Onee-san.

SHIBUYA DIVISION | ONE SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora