Dice ⁴

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—¡Comida gratis!— grité logrando tener la atención de la gente. —Hola, gente distintiva de Shibuya. Sólo les quitaré un minuto. Mi nombre es ______ y soy estudiante de gastronomía. Dentro de poco tengo que presentar mi tesis y el tema es "Desarrollo de un Plan de Marketing de un Producto Alimenticio para Incorporarlo a la Industria Turística"— para este punto, ya había a lo mucho, 10 personas. Creo que hacer esto aquí no fue una muy buena idea. ¡Toda la gente tiene prisa¡ —tengo que escoger un platillo hecho por mi, que es esta muestra que encontrarán aquí. Necesito su ayuda para que, después de probar, me digan cuál es más de su preferencia. Agradeceré mucho su ayuda.— hice una pequeña reverencia y si, varios se acercaron. Incluso, personas que apenas llegaban al lugar.

Las personas me preguntaban sobre mis peculiares creaciones y claro que me daban su opinión, diciendo que debía mejorar y cosas así.

Después de probar uno, otro o la mayoría, me dejaban su "voto" sobre su favorito. Fue incluso una experiencia muy retroalimentadora, pero el problema, es que quedó en empate.

De 6 muestras de platillo que presenté, 4 quedaron con la misma cantidad de votos.

¡¡¡No!!!

Esto tenía que ayudarme a elegir, no a descartar.

—¿Ya tenemos platillo a presentar, ______-san?— me preguntó mi maestro coordinador de tesis.

Fingí llorar mientras negaba; él se rió.

—Hice pruebas para que conocer la opinión de la gente, pero no salió como esperaba.

—¿Nadie te ayudo?

—Si y no. Empataron 4 platillos, y para acabarla, son mis favoritos.

—¿4? ¿De cuántos?

—Seis— fingí llorar más.

—¿Dónde ofreciste tus pruebas?

—Fuera de la estación.

—Bueno, que tal si esos cuatro los ofreces en calles aledañas. Donde no haya tanta gente y, quizá ellos si te puedan ayudar a desempatar.

—¿Cuando tengo que mostrar mi primer capítulo?

—En una semana.— lloré más.

—Okay. Suficiente tiempo, creo.

Después de la escuela, fui al supermercado a comprar más ingredientes para hacer los 4 platillos ganadores.

Mañana no iría, pues, al ser algo relacionado con la tesis, no había problema.

Al día siguiente y a primera hora... bueno, a las 10 de la mañana, salí a caminar por las calles no concurridas de Shibuya para dar las muestras.

Le pregunté a varias personas si tenían tiempo para darles mi explicación, por suerte, muchas me ayudaron.

Ya casi terminaba las muestras, quedaban como unas diez de cada uno y el pastel de cáscara de zanahoria llevaba la delantera.

—¿Y tú que vendes?— preguntó de repente un chico de cabello azul agachandose y tratando de ver el interior de la caja que llevaba.

—¿Tienes tiempo?

—Ah... pero, ¿cuánto cuesta, lo que sea que traigas?

—De hecho, son muestras y son gratis.

—¡Uh! En ese caso, tengo todo el tiempo del mundo.— dijo haciendo una seña para que le diera de comer.

Abrí la caja y, juraría que le brillaron los ojos. Tomo uno a uno los postes y comenzó a comerlos.

SHIBUYA DIVISION | ONE SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora