1 2 3 Shibuya Division
Hommies We Are Fling Posse
Ramuda Amemura
Gentaro Yumeno
Dice Arisugawa
Pequeñas historias en las que puedes ser la protagonista con algún miembro de Fling Posse.
• Pedidos Abiertos •
(No olvides pasarte por mi perfil para ver...
Fling posse se había reunido en la estación para de ahí, ir a comer y de paso, hablar sobre las DRB. Rauda insistió en que esperaríamos un poco pues, según él, sentía que algo pasaría.
—¡Daisu~!— se escuchó una voz gritar desde lo lejos.
Los tres no pudimos evitar voltear, es decir, ¿Quién le hablaría a Dice?
Grande fue mi sorpresa al ver a una linda chica con kimono acercarse a nosotros.
—¡Tú debes ser ______-san!
—Y supongo que tu eres Ramuda-kun. Gracias por la información.
—Alto... ¡Ramuda!— se quejó —¿Tú le dijiste que estábamos aquí?
—Uhm... puede que si— rió de manera divertida.
—Perdón que me meta en su intercambio de reclamos, pero, ¿Quien es ella?— los tres me miraron con extrañeza.
—¿Eh? Gentaro, ¿es que no te das cuenta?— preguntó Ramuda y cerré mi libro para dejarlo sobre la mesa.
—Ella es mi hermana mayor, ______.
Cierto, entre ella y Dice hay cierto parecido.
—No tenía idea de que tuvieras una hermana.
—Es un poco fastidiosa y... ¡Auch!— se quejó cuando ella le jaló la oreja.
—¿Fastidiosa? Deberías estar agradecido de que me preocupo por ti, imbecil. Debes volver a casa.
—No. Mi vida está mejor fuera de ella.
—¿Durmiendo en la calle y pidiendo limosna?
—¡Gentaro!
—Daisu~. Me preocupo por ti. Eres un bebé después de todo.
—¿Y tú cuantos años tienes?— pregunté, pues aunque me tratara de contener, quería saber la diferencia de edades.
—24.
—¡______-san tiene nuestra edad! ¡Ahora podemos ser amigos!
—Claro, me encantaría. Y así, aprovecharé para estar al pendiente de este pequeño gatito. ¡Nyaaa!— dijo pellizcando una mejilla de Dice, lo cual, me hizo inevitable soltar una risa.
—¿24 y usas kimono?
—Es tradicional, ¿okay? Y a mi me encanta. Además no hay una ley que me prohíba usarlo.
—Lo decía sólo porque, no es muy común conocer personas que lo usen.
—Ah... ¿gracias?
—El kimono te queda muy bien, ______-san. Justo íbamos a ir a comer. ¿Quieres venir?
—No tienen porque ir a comer. Yo puedo cocinarles. Sólo hay que ir a comprar cosas.
—¡Oh, si! ______ cocina delicioso. Podría decir que esa sería la única razón por la que volvería a casa, pero, no. No volveré.
—Ya te dije, me quedaré aquí en Shibuya para cuidarte. Y eso, incluye alimentarte.
—¡Eres la mejor! ¡Vamos a comprar insumos!
—¡Hai, hai! Gentaro, vamos. Puedes incluso inventar alguna historia nueva.
—Esta bien, vamos.
Los cuatro nos dirigimos al supermercado más cercano. Dice se fue por un lado, Ramuda por otro, así como ella. Todos estábamos por diferentes lugares.
Me habían encomendado buscar un poco de carne, así que estaba en esa área. Veía uno y otro paquete tratando de escoger, cuando sentí un golpe en mi pierna. ______ me había golpeado con el carrito.
—¿Por qué estás tan preocupado con esto o aquello, o lo bueno o lo malo? Pon atención en como se unen las cosas.
No pude evitar soltar una risa.
—Sé como la caña de azúcar, dulce pero callada, no te mezcles con palabras amargas.
—Me encanta ese poema. Y, pude notar hace rato que leías a Rumi.
—Es un gran poeta.
—Me encanta sobre todo la frase de...
—¿Por qué ver por separadas esta vida y la siguiente? Si una proviene de la anterior.— terminé por ella.
Algo me decía, que lo diría.
—Creo que podremos ser buenos amigos, Gentaro.
—¿Por qué hablar acerca de todo lo conocido y lo desconocido? Mira tambien como lo desconocido se convierte en lo conocido.
