Dice ⁸

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ADVERTENCIA: CONTENIDO +18 🔥

                

—¡Shh!— se quejó la chica entre sueños, sin embargo, los golpes en la puerta no provenían de sus sueños, sino más bien de la vida real; alguien estaba tocando a su puerta.

Soltando un quejido a un volumen considerable, abrió los ojos y miró la hora. Eran las 2 de la mañana.

"¿Quien en su sano juicio tocaría a su puerta a las 2...? Dice" pensó y se contestó a sí misma después de imaginarse a la única persona loca en el mundo como para hacerlo; su novio, Dice.

Por lo menos hacia toques decentes. Después de muchos regaños por "tocar como loco desquiciado", entendió que si toca despacio, ella lo escucharía.

Se levantó con pereza, arrastró los pies hasta la entrada y antes de abrir soltó un bostezo.

—Perdón, en serio, perdón, perdón. Es que... yo estaba...

—¿Qué te pasó?— preguntó ella con un ojo entrecerrado y una débil voz.

—Yo...

—Ahorita me cuentas,— bostezó otra vez —entra.

Dice, aliviado, se adentró en el apartamento de su novia. Se quitó los zapatos y se dirigió hasta la habitación principal, siendo seguido por ella.

—Quítate eso y cuéntame que pasó.— dijo ella acercándose a su armario.

—Bueno, yo estaba saliendo del casino. Me sobraban un par de yenes y quería algo de la maquina expendedora. Se me cayó una moneda y por querer alcanzarla con mi pie, me resbalé.

—¿Y por eso terminaste así?

—Me quedé un rato en el piso, para asegurarme de que no tenía roto nada...

—¿Qué? ¿Como...? Aja, prosigue.

—Un chico en bici pasó, había un charco y... me ensucie.

—Oh, eso me queda claro.— dijo regresando con él, y aventando una pijama a la cama. —Quítate la ropa, ve a bañarte y ponte eso.

—Pero tus pijamas me aprietan.

—No te dejaré dormir desnudo en mi cama.

—¿Eh? ¿También piensas lavar mis calzoncillos?

—Ya, Quítate todo y métete a bañar. Tengo sueño.

—Bueno, está bien. No tengo problemas en dormir en el suelo.

Comenzó a desvestirse y corrió al baño, mientras ella se dirigía hasta la pequeña lavadora que tenía en el apartamento.

Agregó la ropa junto al jabón y esperó por ella. Se estaba quedando dormida, así que mientras la lavadora terminaba su ciclo, se dirigió a la cocina a buscar un poco de agua o alguna fruta que pudiera despertarla un poco , pero en cambio, se encontró con un par de posaderas frente a su refrigerador.

—¡No andes desnudo por la casa! Para empezar, ¿qué haces ahí!? Dice, ¡te acabas de bañar! ¡Te vas a enfermar!

Bueno, al parecer el sueño desapareció por completo.

—Tenía hambre.— dijo con un tuper en sus manos y un poco de comida en la boca.

—No, no, Quítate de ahí, te vas a enfermar.— dijo acercándose a él y quitandole el tuper de las manos. Cerró el refrigerador y lo llevó a sentarse a la mesa.

—Mejor te prepararé algo. ¿Quieres... un tamagoyaki?

—¿Me harías uno? ¿A estas horas de la noche? ¿Eres a caso un ángel?— preguntó tomando sus manos.

SHIBUYA DIVISION | ONE SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora