Capítulo 2
Enot Miller.
Silencio
No había nada más que me sacara de mi estado de paz mental que este jodido silencio en el auto. Cuando Alan dejo de hablar el ambiente de pronto se volvió imposible. Era un infierno, de esos que te consumen lento y por dentro.
Era tenso, tanto que, cuando los tres llegamos a mi casa muchas dudas que prefería guardarme para mí misma volaron en mi cabeza. No me había dado cuenta hasta entonces lo que significa sentir algo por alguien como esto que él está despertando en mi.
Tanto lo he pasado por alto que no me había dado cuenta que al abrir mi corazón también iba a despertar posibilidades, como aquellas en las que nacía la oportunidad de lastimar a las personas. No serían una o dos, serían cuántas alcanzará está bomba atómica llamada "Amor" que no hacía más que joder y reparar las cosas.
Amar es peligroso, amar conlleva a ir directo a tu propia destrucción.
—¡Cierran la puerta al salir!—. Hablé subiendo las escaleras, habían muchos lugares en los que quería estar, lugares que no eran este. O al menos no con ellos. Ni en este momento.
—¡Ya te dije que me quedaré aquí!—. Alan habló desde abajo.
—¡¿Qué?! ¿Hablabas en serio?—. Giré en la mitad de los escalones y busqué a mi amigo de cabello castaño medio rubio entre la oscuridad de la sala.
—No quiero estar solo en casa—. Paso su mano por su cabello. —Además... Ya me he quedado antes.
Sonrió. Pero podía notar que el chico estaba exhausto, tenía ojeras negras y todo él se miraba como un faro que luchaba por no morir para siempre. O hasta que alguien cambiará el bombillo.
La que lo hace casi siempre suelo ser yo, pero creo que ahora necesito un electricista, todo aquí dentro esta enredado.
—Esta bien. Pero estoy cansada así que no enciendas la luz al entrar.
—¡¿Qué?!—. Jayce estaba sorprendido, no entendía muy bien porqué.
—Nos vemos luego, pesado—. Quise volver a mí travesía por las escaleras y mi mejor amigo a unos pasos detrás, pero una voz me lo impidió.
—¿Pu-puedo quedarme está noche?—. Se sonrojo un poco, quise pensar que era por el cansancio. —Es que la calle está oscura y ya es muy tarde.
Me lleva la mie...
—Claro, ambos se puede quedar—. Sonreí viendo a ambos chicos con expresión de sorpresa.
—¿Enserio?—. Hablaron ambos al unísono mientras yo bajaba de nuevo las escaleras empujando a mi amigo conmigo, que en algún punto de la conversación las empezó a subir.
—¡Claro que si! Sólo que... ¡Ambos en el cuarto de invitados!
Corrí escaleras arriba al tiempo que tire de un empujón a mí mejor amigo y tan pronto como llegue a mi habitación presioné el seguro. Les tenía cariño, pero nada ni nadie irrumpiría mis horas de sueño.
(...)
Pero esa madrugada no pude dormir.
Siempre me aferré a las personas que sabía que no se irían, a esas que a pesar de los años y de ser como soy seguían a mi lado sin importar qué. Aún siendo solo unas pocas, estaba bien, ellas me hacían estar bien.
Miraba el cielo blanco de mi habitación y aquellas palabras venían de nuevo a mi mente como un eco que se repetía sin parar.
—Enot Miller tú me gustas.
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Hoy y Todos Los Días [✔️]
Ficção AdolescenteLibro 2 Bilogía "Días y posibilidades" "Podemos enamorarnos al final del camino, te espere por tanto tiempo que ya no tengo prisa" El problema aquí es que él esta despertando sentimientos en mi, que ni siquiera yo sabía que existían. Ha pasado un me...