19. Una visita especial al trabajo

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19.

16 de Enero.

—¡Hey!—. Estaba sentada en el sofá viendo ID. Según toda la atención que le di.

Era de un asesinato, en el cual una mujer llamada "Alisa Prinde" desapareció una noche 19 de enero, sin dejar más rastros que su coche, una lápiz labial y su argolla de matrimonio en las orillas de la carretera. Tiempo después su cuerpo apareció en un pueblo vecino, sin muestras de ADN ni señales que dieran pistas sobre el homicida. O si quiera que había sido asesinada.

—¡Hey!—. Si no te mueves no te puede ver, Si no te mueves no te puede ver. —¡Enot Miller! ¡Responde!

Uy quieto.

—No quiero—. Había insistido en hablar sobre lo que pasó estos días, pero moriría de vergüenza si se lo contaba justo ahora.

—¡Responde!—. Se paró frente a mí, impidiendo que pudiera ver qué pasó con Alisa.

—Me niego—. Se inclinó tomando suavemente presionando mi cuello. —¡Que bueno! Podré acompañar a Alisa—. Sonreí de lado y eso hizo enfadar aún más a la rubia.

—¡Claro que la vas a acompañar!—. Por su sonrisa de psicópata muy trastornado, no jugaba.

—Dormimos juntos... y nos besamos... tres veces—. Levanté las manos y aparte la mirada.

Soltó, el no tan suave agarre de mi cuello, mostrando claramente la expresión de sorpresa en su rostro, seguidamente una sonrisa que gritaba peligro por muchas partes y diferentes maneras.

El sonido de la cerradura, y poco después la puerta abriéndose fue la oportunidad perfecta para correr de ahí sin siquiera pensarlo dos veces.

—¡Ven aquí cobarde! ¡Necesito detalles!

—¡En tus sueños Harris!

Dos voces se escuchaban en el pasillo, quién sea que estuviera en la puerta por alguna razón estaba esperando pacientemente que fuera hasta ella. Aún cuando era obvio que esta había sido abierta.

—¡¡Cuñada!!

—¡Claris!—. Era como música para mis oídos.

—¡Volví! ¡Volví! ¡Volví!—. Gritaba una y otra vez esa palabras hasta que corrió hasta mi, haciendo que tanto ella como yo lográramos estrellarnos de golpe en el piso.

—¡Bienvenida vaquero!—. Nora saludo a Claris llevando su mano hasta la frente.

Y esto la llevo al mismo destino que a mi, ya que, Claris haciendo su sonrisa aún más grande se separó de mi, yendo hasta ella y lanzando su cuerpo de igual manera que antes. Solté una sonrisa cuando Nora me dio una mirada asesina y Claris se aferraba a ella como una pequeña ardilla a una nuez.

—Ejem.

Volteé de nuevo a la puerta, me había perdido tanto por la felicidad de ver a Nora vagando por mi casa y a Claris de nuevo. Que olvide por completo asegurarme de que no hubiera alguien más, me enderece de inmediato y vi a Jayce aún en el pasillo, y cubrí mi boca al soltar una risita.

Hoy y Todos Los Días [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora