27.
Su humor era del asco, y eso que la noche anterior había estado pegada a Jayce. Aferrada a su cuerpo de tal manera que parecía tener miedo de que este escapara en cualquier momento.
Se disculpó tantas veces que su voz a penas funcionaba en un tono agudo esa mañana, tenía los ojos hinchados, y la mirada perdida.
Con que así se sentía ser destrozada por alguien que quieres. No era la primera vez que algo así pasaba, pero nadie es capaz de acostumbrarse a algo como eso. Nadie puede disfrutar de las cenizas cuando el fuego aún no ha terminado de extinguerse.
—¿Quieres que te lleve a un lugar para que despejes tu mente?—. La chica que se aferraba a él aún sobre la cama, entre las sábanas, sintiendo su calor, no era capaz de mirarlo a los ojos.
—Me gustaría—. Murmuró distraída Enot.
Cualquier cosa que la hiciera olvidar la realidad al menos un par de horas, sería mejor que nada.
—¿Quieres ir a tu casa primero?—. Jon seguro estaba preocupado, pero todo era decisión de Enot en este momento.
—No quiero ir allí ahora—. Su papá partiría en dos a Alan si descubría que había hecho llorar a Enot.
—Esta bien, está bien... No iremos—. Jayce la llevo aún más a su pecho, haciendo sentir un poco más segura a Enot.
—Gracias...—. siempre que ella mencionaba esas palabras, sabía que eran sinceras.
De hecho todo en cuanto a Enot, al menos en cosas importantes venían del corazón primero.
Jayce habló con sus padres luego de llevarle el desayuno, ella no quería ver a nadie, pero terminó por ser acompañada por Claris. Quien por suerte hizo todo por distraerla.
Mientras Jayce y su madre salían por algunas cosas para ella. Suponían que no querría ir a su casa, pero Jon estaría demasiado preocupado. Por lo que, mientras su mamá se encargaba de la ropa y todo lo demás en la primera tienda que encontraron. Jayce habló con él, y luego con sus amigos, principalmente Marcus, Nora y Aspen.
—¿En cuánto puedes estar aquí?—. Mencionó. Estaba en una llamada con Aspen, ayer le mencionó que Enot no se sentía bien.
Claro que evitó mencionar el porque.
—¿De qué hablas? Yo llegué hace una hora—. No esperaba menos de esa chica.
—¿Puedes traer a Marcus y Nora? No creo tener tiempo de hablarles, tengo que hacerme cargo de algunas cosas para el viaje.
—Confía en mi, todos estaremos en menos de una hora fuera de tu casa—. Sonaba confiada, aún cuando seguro estaba sin energías por el viaje tan largo.
—Gracias hámster rosa—. Murmuré suave.
—Me teñiré el pelo de nuevo idiota—. Umm, se le veía bien rosa.
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Hoy y Todos Los Días [✔️]
Ficção AdolescenteLibro 2 Bilogía "Días y posibilidades" "Podemos enamorarnos al final del camino, te espere por tanto tiempo que ya no tengo prisa" El problema aquí es que él esta despertando sentimientos en mi, que ni siquiera yo sabía que existían. Ha pasado un me...