Capítulo XXXIII

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–¡Yuan gege!– el pequeño JingYi entró corriendo a la cueva interrumpiendo a los dos adultos de su charla pero se detuvo en cuanto vio a Lan Zhan de pie junto al otro anciano por lo que hizo una profunda reverencia –Lo siento mucho Hanguang-Jun, no fue mi intención correr y gritar– el pequeño JingYi inclinó su cabeza, esperando un regaño y un castigo, Lan Zhan suspiró y negó con su cabeza.

–Solo corre con cuidado y sin tirar cosas– Lan Zhan dejó de mirar al pequeño JingYi y se giró hacia su hijo –A-Yuan ¿Cómo te sientes?– el pequeño miró a su diēdiē y sonrió.

–Estoy bien diēdiē– Lan Zhan aún así colocó su mano en la frente de su pequeño para pasarle energía extra.

–Es más recomendable que vayan afuera a jugar– A-Yuan se bajó rápido de la cama después de que Lan Zhan dejará de pasarle su energía para poder ir a jugar con su amigo –Pero antes vayan a comer algo, acabas de despertar y tu estómago está vacío– A-Yuan asintió y antes de alejarse le dio un beso en la mejilla de Lan Zhan sacándole una sonrisa y después se alejó de allí.

–La alegría y el bienestar de un hijo son el orgullo del padre, has hecho un buen trabajo–

–Mn, aún me falta–

–Todo a su tiempo WangJi– el anciano le sonrió y a los pocos segundos entró Wen Ning, a lo que hizo una leve inclinación de su cabeza.

–Hanguang-Jun, Xue Yang ha despertado– Lan Zhan asintió y miró al anciano esperando su contestación, el anciano sonrió y asintió, ambos hombres se pusieron de pie y salieron de la cueva para dirigirse a la pequeña casita construida para Xue Yang, Lan Zhan fue el primero en ingresar sorprendiendo a Xue Yang y haciendo que bajara su cabeza y jugara con sus manos, esta actitud le molestó un poco a Lan Zhan puesto que no era el Xue Yang altanero del que hablaban.

–Xue Yang, mírame...– Xue Yang alzó su vista para después volverla a bajar, trayendo a su mente las palabras del líder Jiang "Lástima que tus intentos por mantener a salvo a esos niños fueran en vano" las manos de Xue Yang se apretaron en un puño.

–Lo lamento Hanguang-Jun, no pude salvar a mis mocosos...– se mordió su labio, Lan Zhan al escuchar las disculpas sonrió ligeramente y le hizo una seña con sus manos a Wen Ning, este rápidamente entendió el mensaje y salió del lugar para buscar a los niños.

–¿A que te refieres con que no pudiste salvar a los niños?–

–Hice todo lo que pude para retener el ataque del líder Jiang y darle tiempo a los niños que corrieran y escaparan, pero me descuide en un momento y dos de sus discípulos fueron tras ellos– sus palabras se vieron interrumpidas al escuchar un grito que para él ya le era bastante familiar.

–¡Xue gege!– el pequeño A-Yuan entró corriendo y sin medir su fuerza se abalanzó sobre Xue Yang quien adolorido lo recibió en sus brazos, aún sin poder creer lo que pasaba, su mocoso estaba vivo.

–Xue Yang, lograste salvar la vida de mi hijo y de A-Yi– Xue Yang alejó al niño de él y rápidamente comenzó a revisarlo notando los pequeños moretones que aún quedaban en su rostro, haciendo que una profunda ira creciera dentro de él.

–No del todo, lograron lastimarlo...–

–Cálmate– el anciano que se encontraba ahí le soltó un fuerte golpe en la cabeza haciendo que Xue Yang se quejara y soltara maldiciones.

–¡Anciano! deje de golpearme a su maldito antojo– Lan Zhan miró a Xue Yang seriamente haciendo que este se estremeciera y rápidamente se arrepintió de sus palabras ya que sabia que su castigo sería no poder comer sus deliciosos dulces.

La Venganza de un JADE *WangXian*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora