-Hola, mi nombre es Abbygail, pueden llamarme Abby y soy de Londres.
Intente sonreír pero las miradas estaban puestas sobre mi y esto me provocaba algo de incomodidad, siempre fui muy tímida y me cuesta adaptarme a lugares nuevos.
-Bien Abby, puedes pasar a tu lugar- menciono el profesor rompiendo ese incomo silencio que se había formado en el aula.
Me dirigí a mi asiento asignado y me senté, las horas se me hacían eternas y clase tras clase era lo mismo, un martirio que parecía no tener fin.
Llegó la hora del receso y aún no hablaba con nadie, pero aún así, es obligación salir de las aulas para esta hora.Salí del salón de clase y me dirigí a la cafetería, podía sentir como algunas miradas me seguían, es extraño e incómodo. Tome un chocolate caliente y una manzana para el camino, quería conocer más de las instalaciones, así que comenzé a caminar por toda la escuela.
Llegué al salón de artes, era grande y espacioso, entre y comencé a ver algunos dibujos hasta que una voz me desconcentró.-¿eres nueva? -ahi estaba el, viéndome desde el marco de la puerta con esos ojos color miel.
-eh... Si, tu... ¿Son tuyos?
-¿Qué?, ¿los dibujos?, Si son míos, soy Francis, un gusto
-Abbygail, el gusto es mío -sonrei y el me respondió igual. Estuvimos hablando durante el receso hasta que el timbre sonó marcando la hora de regresar a las aulas, nos despedimos pero al parecer nos dirigíamos a las mismas clases.
Francis se volvió un gran apoyo para mí, me estuvo ayudando con los deberes y parece que tenemos cosas en común.
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cuando su voz me llama
RandomAbby, una chica de 17 años comienza a experimentar cambios en su personalidad, la nueva Abby o mejor dicho la nueva personalidad que apodo como "Alex" se vuelve una carga que interfiere en su vida diaria, debido a esto ella se ve en la necesidad de...