Salí de la oficina de la directora, me sentía sumamente apenada y por mi mala conducta obtuve un castigo, me suspendieron por el día de hoy, nada grave ya que la directora sabe que ellos me venían molestando desde hace un buen tiempo.
Me dirigí a casa porque no tenía a dónde más ir, Francis aún no salía de clases y mis padres no estaban en la ciudad, al llegar al departamento subí a mi habitación, me sentía molesta con el.-¡Alex! ¿Me puedes dar una explicación?, ¿Que te pasa? No puedes ir por el mundo haciendo lo que se te pegue la gana.
-¡El se lo busco! -si voz se escuchaba más fuerte de lo normal, tenía un tono molesto y sabía que si seguía así me provocaría algo que no sé si sería buena idea que pase.
-No quiero que estés por la ciudad asi como asi, debes saber que hay reglas que aunque no te digan, existen para una mejor convivencia.
-¿Me darás clases de cívica y Ética?, Que molesto.
-Te quiero ver.
-¿Ahora de que hablas?
-Primera regla entre nosotros, te tengo que ver, si no quieres pues no tendrás más el poder.
-Bien, duerme entonces.
No sabía si confiar en el, pero le hice caso debido a que era la manera en la que lo había visto antes, me recosté en la cama y cerré los ojos hasta quedarme dormida, al abrirlos me encontraba en el cuarto obcuro de siempre y como de costumbre comencé a caminar hasta verlo, estaba de espaldas, me acerque lo más que pude para hablar con él pero me interrumpió volteando hacia mi, una extraña neblina le cubría el rostro, no podía verlo.
-¿Porque lo haces?, ¿Que problema hay con que te dejes ver?
-No hay ninguno.
-¿Entonces?, No se ni de dónde eres...
-Soy de aquí, siempre estuve aquí, pero no tenía forma o...
-¿Aquí?, ¿Aquí donde?, No entiendo que es esto, este lugar, el cuarto obscuro como le llamas.
-Te explique la vez pasada, es tu cabeza, tus recuerdos...
-Entonces ¿Eres un recuerdo?
-No, soy algo que inventaste, para defenderte, para apartar tus inseguridades, para ser tu misma, para que tú autoestima no caiga como solía hacerlo - lo veía acercarse más a mí, no sabía exactamente lo que pasaba, pero algo tenía claro, el sabía por lo que pase.
-Pero si eres parte de mi... ¿Porque no eres como yo? - mis lágrimas comenzaban a brotar, podía sentir como una de ellas caía recorriendo mi mejilla, el sin pensarlo, la limpio con uno de sus dedos.
-Porque soy la parte que escondes, la que no dejas que nadie vea... Tengo rostro pero no lo conoces porque no te conoces a ti misma...
-Entonces... ¿No vere tu rostro nunca? -solte un leve sollozo sin darme cuenta.
-Claro que puedes verlo, cuando me aceptes, cuánto te aceptes y dejes de ser algo que no eres.
-P-pero no puedo hacerlo, las personas esper - me interrumpió tomándome de las muñecas.
-Ese es el problema, que te basas en lo que esperan las personas de ti, no puedes tener felices a todos y si no eres tú, ¿quién serás entonces?, Si haces lo que las personas esperan terminarás con mas problemas de los que ya tienes, unos te quieres con vestido, otros con pelo largo y a otros simplemente no les importa como vayas siempre y cuando puedan sacar algo de ti.
-P-pero...
-Pero nada, si quieres verme debes hacer tu esfuerzo, juntos podemos hacer que te quieras tal cual eres.
-Tomara mucho tiempo.
-No si trabajamos aquí... El tiempo aquí lo puedes controlar tu.
-¿Entonces me darás terapia dentro de mi cabeza?
-Algo así, pero bueno, es hora de que despiertes... Te veo al rato princesa.
-¿Princesa?, ¿Que quieres decir con eso?
-¿No puedo llamarte así?
-Es... Raro.
Lo último que recuerdo es que el se acercó a mi un poco más, un mareo leve se hizo presente y por un instante vi sus ojos, eran grises pero en un tono que se veían hermosos, nuestras miradas se encontraron por unos pocos minutos, luego de eso desperté.
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cuando su voz me llama
RandomAbby, una chica de 17 años comienza a experimentar cambios en su personalidad, la nueva Abby o mejor dicho la nueva personalidad que apodo como "Alex" se vuelve una carga que interfiere en su vida diaria, debido a esto ella se ve en la necesidad de...