13. La reina

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Desperté un poco más descansada que de costumbre, tal vez por qué no gaste energía al estar descubriendo mundos en lo que debe ser el cuarto obscuro pero que Alex transforma en maravillas.

Me arregle y fui a clases, mi sueño fue tan profundo que me quedé dormida.
Al llegar me junte con Francis y Thomas para ver cuánto habían avanzado en su parte del proyecto, todo eran risas y a decir verdad... Entre Thomas y yo habían algunas miradas, parecía todo muy lindo, nunca creí que el podría mirarme.

Luego de un rato Francis se despidió ya que tenía cosas que hacer, por lo que nuevamente me quedé sola con el.

-Abby, ¿Tu y Francis son algo?

-Amigos nada más, ¿Porque preguntas?

-Bueno, parecen muy cercanos, habían rumores que ustedes andaban.

-Si, somos cercanos pero no en ese sentido, en realidad a mí me gusta alguien y... Francis, bueno, el no quiere una relación por ahora.

-Entiendo... Bueno, ya que mencionas eso, ¿Aceptarías salir conmigo?

-¿Contigo?, Claro, supongo que... Estaría bien.

-Entonces... ¿Tienes algo que hacer el viernes en la noche?

-No, nada.

-Perfecto, paso por ti.

Lo vi recoger sus cosas e irse, yo intentaba aguantar los nervios y no sé muy obvia. Luego de las clases, como de costumbre, fui a casa para hacer los deberes.
Al llegar a casa podía sentir una vibra algo extraña, sentía como que Alex estaba molesto por algo.

-¿Alex?

-¿Si? - Su voz se escuchaba cortante, podía escuchar que no se sentía a gusto con algo.

-¿Esta todo bien?, ¿Paso algo?

-No.

-¿Seguro?, ¿Porque estás molesto?

-No estoy molesto.

-Aja... Eres cortante y estás... Distante, no me hablaste todo el día.

-¿Para que?, De todas formas soy una molestia para ti, seré un estorbo si lo hago.

-No eres un estorbo...

-Claro, aparte siempre he hablado así.

-No, de hecho tu voz era más dulce...

-Bien, pues es mi error, no tuyo, así que es mi culpa.

-¿Me puedes decir que tienes?, No veo justo que me hables así sin una razón y menos que le niegues el saber que hice.

-Mira, te lo explicaré de la siguiente manera ¿Okey?, ¿Conoces el ajedrez?

-Aja, ¿Que tiene?

-Pongamoslo así, yo soy el rey.

-Osea si mueres... ¿Todo se acabó?, ¿Porque tienes tanto valor?

-Solo déjame hablar, el Rey se encarga de darle sentido al juego, sin rey, no hay juego.

-Aja.

-El rey no puede hacer mucho, sin embargo, la Reina ...

-Se mueve por todos lados y tiene mucho poder, pero si la matan, no hay problema, el rey sigue vivo.

-Exacto, sin embargo, aquí funciona distinto... Creo que use mal el término "ser el rey"

-ohh ¿Tu crees?

-Bien, puedo escuchar el sarcasmo, pero ponlo de esta manera, somos el Rey.

-Aja, ¿Y luego?

-La reina es tu corazón...

-Aja...

-¡Y LE ESTAS ENTREGANDO LA REINA A UN MALDITO PEON! ¿ENTIENDES ESO?

-Si por peón hablas de Thomas estás equivocado, y no me grites, me da dolor de cabeza.

-¡NO LE PUEDES DAR LA REINA AL PEON, NOS MATARA, EL REI ESTARA EN PELIGRO!

-¡ALEX, YA BASTA!

-No dejaré que ese peón nos mate, eso no va a pasar.

-Alex, lo lamento, pero ese peón no es un peón, es más que eso.

-No te merece, no te quiere, quiere el trono, ¿No lo entiendes?, ¿Acaso no lo vez?

-No, no lo veo, por qué al fin y al cabo a quien le importa si al rey le pasa algo, es un estupido juego.

-No entiendes de lo que hablamos, es nuestra vida.

-Si tanto te importa podrías buscarle algún sentido.

El silencio se hizo presente, parece que él ya no estaba... La música dentro de mi cabeza bajaba su intensidad, creí que se pagaría, pero no lo hizo.

cuando su voz me llamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora