12. La ciudad fria

13 3 1
                                    

Pasaron días en perfecta armonía, mañanas de clases, tardes haciendo deberes con Francis y noches platicando y paseando de la mano de Alex por todo el mundo que se creaba cada que me iba a dormir, sin mencionar que cada que prestaba atención a mis pensamientos podía escuchar su melodía, nuestra melodía mejor dicho, aquella que espero nunca deje de sonar.

Todo parecía pintar maravilloso, hasta que llegó el día en el que apareció Thomas, un chico alto de ojos cafés, cabello castaño y una hermosa sonrisa, ya hacia un tiempo desde que comenzó a gustarme, a Francis le gustaba bromear y fastidiarme con el, aún que nunca creyó que sea buen partido para mí.
Aquella mañana Thomas se dirigió hacia nosotros debido a que en la clase de inglés nos pedían hacer un proyecto y parecía que sus amigos ya tenían el equipo completo...
Luego de clases fuimos a la biblioteca Francis y yo para esperar a Thomas.

-¿Estás segura que vendrá?

-Si, no veo porque no...

-Espera, ¿Te enchinaste las pestañas?, Vaya Abby que gran cambio - El sarcasmo en su voz se hizo presente y una risita lo siguió después.

-Ya déjame... N-no están enchinadas...

-Aja... Bueno, debo irme.

-¿Cómo?, ¿A dónde?, ¿P-porque?

-Tranquila jajaja no te pongas nerviosa, ¿querías estar a solas con el?, Ahí está, en bandeja de plata - guiño el ojo.

-¿Cuál bandeja? No quiero que te vayas, no quiero estar sola con el...

-ush, debo ir a ver a mi hermano menor, al parecer tuvo una pelea y ya sabes... Perdón.

-Esta bien...

Se despidió de mi con un beso en la mejilla como suele hacerlo siempre y se fue a recoger a su hermano, estuve esperando un rato a Thomas hasta que llegó.

-Hola Abby - su sonrisa me hacía sentir nerviosa.

-Hi, eh... Francis tuvo que... Ir por su hermano y pues...

-Si sé, me mandó mensaje - se acercó a mi y yo cada vez me ponía más nerviosa, ya estaba a unos pasos cuando...

-¿Abby?

-¿S-si?

-¿Puedes hacerte a un lado? Tapas la entrada... Por cierto, lindos ojos.

-A-ahh claro - me hice a un lado para que pueda pasar y eso hizo, luego se quedó reteniendo la puerta para que yo pueda pasar - gracias.

-No hay de que.

Estuvimos haciendo el proyecto, dejando la parte de Francis ya que a él no le gustaba cuando adelantaba algo de su trabajo. Dio la hora de la cena y debía regresar a casa pero Thomas me invitó a cenar ya que más que hacer el proyecto aprovechamos el tiempo para hacer deberes de otras materias y repasar temas que no estaban claros.

Llegué a casa tarde, por lo tanto me desvele adelantando parte del proyecto, hasta que me puse a pensar en que Alex había estado muy callado.
Acomode todo y las apague las luces para acostarme a dormir.

-¿Alex?, ¿Estás aquí?

El cuarto se encontraba obscuro, por más que caminara no podía ver ninguna luz, pareciera que el no estaba, pero la canción seguía tocando a un volumen que parecía demasiado lejos para ver el tocadiscos, así que sabía que el no se había ido.
Una ráfaga de aire vino hacia mi y todo se transformo en un callejón que daba al mar, apenas obscurecia y pareciera que acababa de llover, la calle estaba húmeda y la ciudad estaba gris.

-¿A-alex?, ¿D-donde estás?

Había frío, estaba en un lugar desconocido y me daba miedo, sentía que algo me estaba buscando, algo que sabía que no era bueno. Una extraña neblina se comenzó expandir haciendo el ambiente más gris de lo que ya era, camine un poco hasta que vi esa extraña sombra negra, que me paralizó, la sombra se acercaba a mi, quería correr, uir de lo que sea que fuese eso y lo hice, pero hubo un punto en qué toda la ciudad era consumida por esa sombra, no había más que hacer, la desesperación y el miedo me consumían, las ganas de llorar fueron tan fuertes que no las pude evitar, no sabía que más hacer, hasta que me deje caer encogiendo mi cuerpo mientras abrazaba mis piernas, las lágrimas brotaban, me había rendido ante esa cosa, hasta que escuche su voz.

-¡Abby! - me abrazo haciendo que yo de un pequeño brinquito y corresponda a su abrazo refujiandome en su pecho -Abby ¿Estás bien?

-y-yo... n-no quiero que juegues así. - Mi voz temblaba, en verdad seguía asustada por lo que vi y sentí.

-Esto no es mío, no es algo que yo haya hecho... Nunca te haría daño Abby... Esto parece ser algo que tú creaste.

-¿y-yo?, N-no pude haberlo...

-Tu subconsciente, debe representar algo, tal vez sea parte de los miedos que deberás enfrentar... O no se, luego lo hablaremos, debes descansar.

Lo abrace esperando que nos saque de ese feo lugar y eso hizo, luego de eso estábamos en el departamento, nos recostamos y escuchando los latidos de su corazón me quedé dormida o más bien, descansando, no se veía nada, solo era el cuarto obscuro pero podía sentir como sus brazos me rodeaban y escuchar la melodía de nuestra canción sonar mezclado de sus latidos y su voz que me decía que todo estaría bien.

cuando su voz me llamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora