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-Oh... Vamos, ¿donde quedó la atrevida y valiente, tú?- trato de apoyar el rubio teñido, como yo lo llamaba,
-Corrió a los bosques más lejanos de StoneyBrook, ¿alguna otra pregunta, Damián?- le respondi sarcástica mientras caminábamos a la casa de los Thomas.
-No seas cobarde práctica conmigo.-yo reí.-Yo te diré lo que tienes que decir.
-No-sentencie mientras pasábamos enfrente de la puerta de la casa de Sam
-Me gustas Sam.- hablo, sabía lo que trataba por lo que decidí seguirle la corriente.
-Espera, ¿Qué?- pregunté mientras tocaba el timbre.
-¿Qué fue lo que dije?- pregunto.
-Que te gustaba Sam.-murmuré muy bajo al oir unos pasos corriendo que venían adentro de la casa.
-Más alto.-Intente aguantar la risa. Seguro también logró oir las pisadas.
-¡¡QUE TE GUSTA SAM!!- grite al mismo tiempo que la puerta se abría, vi el rostro de Sam un pálido escupiendo un poco de su bebida y Damián me vio mal.
-¡¡Ship!!..-grito Kristy desde dentro de la casa.
-Creo que lo veía venir sabía que se traían algo entre los dos. ¡¡que vivan los novios!!- grite pasando a un lado de Sam.
