Capítulo 8

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"Puedo Verte Andy".


No sé que pensar de todo esto, Robert, lo que vi, Andy.

Andy.

Ni siquiera se donde se encuentra, si estará en casa, ¿se habrá ido? y no he podido sacarme su expresión de la cabeza, solo puedo pensar que ahora me odia y que ya no quiere seguir adelante con esto, a pesar de que es algo que yo siempre he renegado, siendo la mas negativa ante todo, pero ahora, en verdad quiero que el continúe, que busque su cuerpo.

Me detengo delante de mi casa, observo hacia mi habitación para ver si la luz se encuentra prendida y hay rastro de alguien, pero nada, esta oscura y sola, Nala debe estar en su doble turno y yo vengo llegando de trabajar.

Que día, ¿no?

¿Qué voy hacer?

¡Agh! Parece que me estoy cayendo en un poso sin fondo, cuando en realidad todo tiene salida, solo tengo que hablar con Andy, decir lo que en realidad sucedió, que yo nunca quise ocultar la verdad, pero vamos, explicar las cosas siempre son mas complicadas que la verdad, o eso creo.

Saco la llave de mi bolso y la introdujo en la ranura para abrir la puerta, cuando me deja ver el interior, me trae recuerdos de cuando estaba solo yo y mi abuela, yo llegaba de trabajar y muchas veces ella se encontraba en emergencias o turnos en el hospital, no tenia a Andy que me acompañaba para todas partes, es cómico en cierto sentido, como me acostumbre a estar con él y que si llegamos a encontrar el paradero de su cuerpo, el intentara regresas y pues no sabemos que va a suceder después.

No me doy cuenta de que comienzo a llorar hasta que las lagrimas llegan a mi labio y siento el característico sabor de estas, levanto mi brazo y con la manga del sweater me seco.

 Subo los escalones para llegar a mi habitación y cada paso que doy es como un calvario, es como si todo fuera a otro tipo de velocidad, como si el tiempo se hubiera alentado para mi, pero en realidad es que no quiero llegar a mi cuarto, porque no sé con que me voy a encontrar y la verdad, no sé que es peor, si que Andy se encuentre ahí o que no este.

Suspiro pesadamente cuando me encuentro delante de la puerta, llevo mi mano para abrir y todo se mueve como una dramática película, que yo me encuentre en esta situación es de otra dimensión, jamás imagine estar viviendo esto.

Dejo mi dramatismo y abro la puerta, cuando la oscuridad de mi habitación es lo único que puedo ver caigo en una lamentable decepción, esperaba por lo menos recibir palabras de enojo, de por que no lo dije antes, de por que me calle, cuando pude haber evitado tal sorpresa, pero no hay nadie, Andy no esta y ciertamente esta opción me hace sentir mucho peor que enfrentarlo.

Me siento en la cama dejando caer mi bolso al piso y lo único que hago es dejar que las lagrimas de antes me abandonen, no quería llorar, no por un chico, pero todo lo que esta ocurriendo últimamente me tienen con los nervios y emociones a flor de piel.

Me quedo así unos minutos, no sé cuantos, pero no me levanto hasta lo que estoy pensando toma todo mi centro, así que voy al baño, limpio mi rostro y me sueno la nariz y sin demorar mas bajo la escalera lo mas rápido posible, caminando hacia la puerta y cuando la voy a alcanzar para abrir esta se abre de antes, pienso que será Nala que acaba de llegar, pero me congelo cuando veo Andy parado.

Mis piernas tienden a moverse, en un acto arriesgado de querer ir a abrazarlo, pero me detengo antes de poder si quiera dar un paso completo, me quedo estática en mi lugar y dirijo mi mirada hacia sus ojos, se encuentra serio, en realidad sin emoción alguna y eso me preocupa.

Voy a decir algo, cuando es él el primero que decide hablar.

―Lo siento, Sam.

Quedo inmóvil, sin saber que decir o hacer, no esperaba que Andy se disculpara, pero al mismo tiempo me siento bien y rayos, eso hace que mi yo sensible me vuelva hacer llorar, agacho la mirada escondiendo mi vista y solo puedo decir una cosa.

Puedo Verte AndyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora