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El aire es fresco, con la humedad de la estación, el pasto creciendo y los pájaros que van y vienen.

En mis manos siento los puntitos que poco a poco voy entendiendo y leo en voz alta.

-El mozo le pregunto con desdén y la dama de cabello ocre, le reveló...que el mundo no se limita en avaricia...

Suspire porque es difícil y a veces me da dolor de cabeza el no lograr leerlo bien y no entender.

Cansado deje el libro de Saihara a un lado apoyando la barbilla sobre la mesa, siento mis energías bajar con una pereza que me mata, el silencio ronda y siento que falta algo en estas cuatro paredes.

-'Ay'- escuche a alguien quejarse y mire por la ventana, estaba Saihara intentando safar su gabardina de las ramas secas de un arbusto... las personas altas son algo torpes ¿Lo sabían?.

Como si me hubiera lanzado un hechizo, la pereza se fue y hago lo posible para reprimir la risa que me da ver aquella escena.

Abrí la ventana.

-Buenos días Shumai- al igual que él gato rison que aparece de repente para molestar a Alicia, tengo una sonrisa ladina esperando ver la reacción del más alto, que oculto levemente su ropa atorada y en un jalón termino por liberarse... o romper la tela...o la rama.

-Hola- dijo pretendiendo que no pasó nada y rápidamente cambió el tema -apareces justo a tiempo como de costumbre- se acercó a la ventana aclarandose la garganta y con un leve sonrojo.

Hay veces que se sigue poniendo nervioso de hablar conmigo y debo admitir que yo también, siento un mar desembocado que me recorre de pies a cabeza, su gesto emocionado solo me hizo perderme un momento y preguntarme que quiere decirme.

-Gané un concurso, ni si quiera sé como pero...me gustaría que fueras conmigo- extendió la mano con un ticket.

Ahora entiendo su actitud, invitarme a una cita, hice una pose de victoria con el ya acostumbrado chico a ver las raras facetas que considera normales.

-¡Si! ¡Por fin una puta cita!- grite aventando al cielo el libro que traía en manos, con la gloria y la alegría -¿A dónde vamos a hacer complot?- tome el ticket pero el titulo no me emociono en absoluto.

La tortuga de oro...¿Qué? Ni si quiera sé si es un musical o un fiasco.

Saihara atrapó en un aplauso el libro que avente -No, no es para que hagas tus experimentos.

-¿Disculpa? Yo no hago eso.

-Ouma, pusiste laxante en...

-Si, si ¿Qué es exactamente "la tortuga de oro"?.

-Ah, pues es una obra francesa adaptada sobre...

Ay por dios no, mi cerebro dejo de funcionar porque la historia es tan aburrida que no logro captar nada de lo que dice.

Estuve esperando bastante tiempo, antes de que acaben las vacaciones para precisamente vacacionar en una cita emocionante o por lo menos pasar el rato con algo más que lo cotidiano, y un animal de oro francés no es precisamente lo que tenía en mente.

-...por eso quería invitarte ¡Así que no hagas planes!.

Suspire -No tengo nada más que hacer, querido; no te preocupes por eso- siento una poca de desalentacion, pero aprovechando que esta aquí lo invitaría a pasar el rato.
-Ven vamos a jugar algo.

-Lo siento, esta vez no puedo, tengo el tiempo justo- le mire harto, le dedica más tiempo a los cursos y otras cosas que a mi -No te enojes, te comprare algo, lo prometo- me dio un beso rápido para caminar a su destino, con la sonrisa llena de alegría y una emoción que recupero después de verme.

Estrellas Doradas [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora