inseguridad

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El lugar era tan oscuro que era difícil saber si era de día o de noche, había muchos juegos y máquinas, restaurantes chicos y premios.

- esto te va a encantar - lo acerque a los lugares donde habían premios y vi los juguetes que estaban, hice que tocara uno de los peluches grandes.

Inmediatamente puso una cara de sorpresa y movió sus dedos en la superficie - es muy muy suave- el chico sin pensarlo dejo caer la cabeza en esa superficie disfrutando esa sensación.

Provoco que el señor de aquella tienda nos mirara mal ya que había un letrero enorme pero aún así bastante escondido que decía "no tocar".

Me reí nerviosamente -vamos a otro lado-

Había demasiadas atracciones y puestos a los que podíamos ir, pero no sé si mi capital nos permita entrar a todos los que tengo en mente.

Nos sentamos en un lugar de jugos y bebidas, tenía un aire excéntrico y las bebidas eran deliciosas aunque no siempre sabías que eran.

-Ouma ¿lo mismo de siempre?-
La chica con varios piercings y mechas en el cabello me saludó

-¿hay algo mejor que eso?-

-creo que no {mal-te-ada... de uva}- dijo lo que anotó en su cuaderno- ¿y tú, qué quieres?- tocó la frente de Shuichi pensando que no estaba centrado en la conversación cuando no era así y eso me hizo enojar.

-lo que sea mientras esté dulce- dijo mientras bajaba su gorra.

Los vasos llegaron en poco tiempo y aproveché para ver que hacía, su vaso era la forma de un cráneo y el mío de una mano enorme.
Como esperaba cuando tocó la taza frunció el seño.

-¿porque tiene la forma de una cara? Oh, no tiene nariz- me enterneci.

-es que reutilizan los cadáveres para hacer utensilios- las luces color neón hacían que los vasos se vieran aún más llamativos.

- con razón, me recuerda a uno de los casos, había tocado una calavera antes y tenía un agujero aqui- tocó el lóbulo derecho del vaso -pero era mucho más pequeña que esta-

La chica que se encarga de hacer los jugos y yo nos quedamos pensando en que eso era muy oscuro.

-es broma, nunca había tocado una- ambos nos reímos incómodamente de la broma del chico -pero sé que no tienen esto- se refería a la oreja de la taza.

Después de un rato de hablar sobre cadáveres hubo una actitud bastante inusual por parte del de ojos amarillos que me llamó la atención, no sabía si era normal, por el ruido o estaba ocurriendo algo que no debía pasar por alto.

Más de una vez se balanceo en la silla como si fuera a perder el equilibrio o estuviera mareado y dejaba de seguir el hilo de la conversación.

Todo eso me hizo preocupar más cuando me dijo que se sentía extraño y quería tomar aire.

Recordé que había un jardín en medio de toda esa construcción que estaba bien mantenido, había algunas bancas y recurrentemente algunos espectáculos.

Nos sentamos en una de las bancas pero no vi ningún gesto en su rostro que me dijera que se sentía mal.

Estaba relajado.

A las preguntas que hacía, las contestaba con respuestas simples y cortas.

-¡Shuichi ¿qué tienes? Dime algo más que eso! - me comenzaba a frustrar su actitud.

-estoy bien, solo una vez me sentí así, fue con un medicamento en el hospital o algo así, ¿sedante? No lo recuerdo pero fue muy muy muy...- puso su mano en mi rodilla palmenado cada que repetía la ultima palabra -¿de qué te estaba hablando?-

Estrellas Doradas [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora