Los mismos ojos tristes

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Tenía ojeras por permanecer despierto de noche, quedé un rato con el chico de ojos dorados, me costó mucho trabajo levantarme, tenía un dolor de cabeza horrible.

En aquella escuela me dedicaba a acabar de estudiar para hablar con mi compañero Kiboy. Me hace gracia que adorna tanto sus apuntes que nunca los entrega a tiempo, yo, como no me importa tanto solo que los revisen y me pongan punto, los entrego rápido.

Cuando platico con él se distrae de su apunte, a veces me da tristeza que repruebe o este a punto de hacerlo.

-Ouma ¿Dónde está mi plumón verde alien?.

Ese plumón es uno que yo ocupo mucho, es que qué ganas de ser un alien y ver las estrellas siempre ¿no?.

-Mira ¿Cómo me quedo?- le enseñe un dibujo.

-Parece un reptil por los ojos amarillos-
Él también tomaba mis cosas, me las devolvía así que no me importaba, pero a diferencia de otras personas no les dejaba tocarlas.

No es que me gusten las plumas tipo chico de los plumones, a diferencia del albino pero el punto fino hace que mi letra sea pequeña, y no ocupo tantas hojas para un solo tema, la cosa es que pierdo todo y no me doy el gusto de comprarlas, hasta hoy.

-¿Y si le dibujo una patineta a lo astronómico?

-Mejor dibuja un robot.

De repente hubo mucho alboroto en el salón, de nuevo se estaban peleando, no es que me importe que lo hagan pero el ruido si.

En el regreso mi cabeza apenas se estaba recuperando, había tanto ruido.

Los deberes de siempre y el incesante ruido.

Hasta que por fin acabe todo y dieron las siete.

Desde el balcón subí al tejado y reproduje una canción cualquiera.

Me quedé divagando en lo ttivial de un pensamiento, perdido en el cielo oscuro y cautivante, hasta que escuche las pisadas del chico.

-Hola Shuichi-dije en un tono seductor.

Tanteaba su alrededor y se sentó en el piso del balcón -Hola- intento hacer el mismo tono, se quejo al sentarse, como cuando te agachas a recojer algo y se te aprieta la tripa.

-¿Tienes algo interesante que contarme? - me encantaba esos ojos, son de un tono tan hermoso.

-Leía un libro y...había un personaje que me hizo pensar en ti- después de tener una lucha interna de mencionarme eso o no, decidió hacerlo-a decir verdad es un villano pero es divertido y elocuente al hablar.

-Oww osea que pensabas en mi- se puso nervioso
-es una broma - el chico de cabello negro o vive muy acomplejado de su incapacidad o simplemente es un introvertido es algo que no sé, pero es exageradamente fácil hacerlo desatinar.

Me pregunto que haría si le digo que yo igual estuve pensando en él.

-Ese personaje es uno de mis favoritos porque es espontáneo y con mucha personalidad y escucharte...no lo sé, me gusta todo lo que me cuentas porque es un poco fuera de lo cotidiano para mi-lo dijo tan confiado, yo no diría algo así sin tartamudear o decir que es una broma.

Eres gay o ¿Qué? Jaja mentira.

-¿Puedes deducir cosas con escucharme?

-Supongamos que si, mmm puedo decir que eres muy bromista, o cualquiera te creería lo que dices aunque no sea verdad -

-Vaya es verdad, que miedo ¿Por qué me creerían?- le pregunté curioso, no lo pensó demasiado para responderme.

-No dudas al hablar, sería convincente, muy seguro de ti mismo que vuelve creíble todo lo que digas.

-Deberías ser detective, Shuichi.

Hizo una mueca como si ese tema no le gustara del todo.

-No, no lo creo, pero tú lograrás trabajos muy altos, es saber hablar- Es lindo que tenga expectativas tan altas de mi, es irónico que una persona que apenas conozco me haga un elogio como ese cuando mis pensamientos sobre mi mismo son un poco más deprimentes.

-¿Que canción es esa?- me preguntó

Revise el teléfono- leaving tonight.

-Me gusta - la escuchó solo un rato y fue capaz de cantar una parte sin que se supiera la letra, adivino en el tono y eso me tomó desprevenido.

-¿Cómo sabias que pasaría eso?.

-Porqué se repiten varias partes del tono, y pensé que se escucharía bien con ese.

-¿Solo por qué si? Vaya, eres interesante, Shuichi-
Apoyé mi cabeza entre mis manos, apreciando uno de los gestos nerviosos del chico para evitar que viera lo satisfecho que estaba por el elogio que le dije.

Después de un rato todo estaba más oscuro, había lámparas muy lejanas, su luz no llega en esta parte, se ve como la tela de un vestido.

Aun siendo oscuro me gusta mucho estar afuera, porque aprecio más el cielo, me espere en aprender las constelaciones y me gusta encontrarlas.

El pelinegro es de pocas palabras pero disfruto ese momento, lo veo tanto que posiblemente sienta mi mirada, no lo sé.

Como mentiroso habitual no me seria difícil decir que puedo irme y no pensar en esto otra vez pero en realidad hay una calidez que desciende hacia mi pecho, aunque no quiera y desearía evitarla.

Aprovechando el frío, congelaré esa sensación porque sentir amor por alguien que apenas conoces es tan infantil que al final duele.

Pero como un mal golpe de la realidad, unas palabras en mi mente me contradijeron en un simple y corto "es inevitable".

-Kokichi- y a pesar de todo, no siento culpa alguna de estar cayendo lentamente porque me gusta como suena mi nombre en su voz tranquila.

-Dime.

-¿Podemos salir alguna vez?- sentí un vuelco en el estómago con una emoción inexplicable, aunque quizás no se refiera al tipo de salida que yo pienso me había hecho feliz el solo escucharlo.

-¡Claro!- rei sin saber porque, no pude contenerlo y después mi risa contagio al de ojos pálidos que probablemente no sabe ni si quiera que me causó gracia.

-¿De qué te ries?- me preguntó medio pasivo agresivo, supongo que pensó que me burle de él.

-Me emocione, lo siento - por fin logré controlar mis nervios permaneciendo en silencio, pero él parecía estar en su momento, cómo cuando recuerdas algo y tienes una cara de bobo en tu rostro.

-Por favor hagamos esto siempre, disfruto tu compañía como no te imaginas y - posó su mano derecha en su pecho, logré ver una pulcera negra en su muñeca - se siente cálido.

-Por favor hagamos esto siempre, disfruto tu compañía como no te imaginas y - posó su mano derecha en su pecho, logré ver una pulcera negra en su muñeca - se siente cálido

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Estrellas Doradas [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora