Infiltrado || Joerick

Capítulo 41

Joel

Me muevo por mi habitación impaciente, esperando la respuesta de parte de Gabriel.

Le he llamado reiteradas veces, pero aunque el teléfono suena, el mismo no contesta.

Me siento demasiado ansioso.

Además de ello, Erick me ha contado lo sucedido con el padre de Johann, y todo se me está terminando de ir de las manos.

Pero... ya no puedo simplemente echarme para atrás.

¿Por qué Gabriel se ha empecinado con el amigo de Erick?

¿Quién es Yoandri y por qué es tan importante en este momento?

Hago una mueca, pensando en presionar el número de Christopher, aunque al momento de hacerlo no lo logro.

Todo su mundo debe estar dado vueltas justo ahora, ya que la persona que más ama le ha mentido y ocultado cosas durante mucho tiempo.

Aprieto mi puño mientras me recuesto en la cama y miro el techo.

—¿En quién debo confiar? —Pregunto en voz alta.

Me gustaría tener una prueba lo suficientemente fuerte para destruirlos a todos de una vez, pero no la tengo.

Hasta el momento, no he encontrado ningún registro, audio o incluso grabación que demuestre que ellos tenían todo planeado en el pasado.

Incluso si no les puedo culpar de ello, quiero que queden sin nada.

Todo el dinero que tienen no les pertenece, es de mi familia, y... lo están usando como si fuera suyo.

Mis padres no debieron haber muerto así.

Hago una mueca, y luego simplemente me vuelvo a levantar.

No puedo simplemente esperar a que algo malo suceda, necesito saber qué demonios está planeando Gabriel.

♠️♠️♠️

Me adentro al hogar del chico, siendo recibido por varios empleados.

Suelto un suspiro, ignorándoles y encaminándome hacia donde creo que está.

Su habitación.

Al entrar, no tardo en notarle recostado en la cama.

El chico abre los ojos lentamente, y parece actuar como si estuviera dormido, aunque no le creo absolutamente nada.

Él no estaba aquí hace un momento, puedo presentirlo.

—¿Qué sucede? —Inquiere.

Le miro molesto, y le noto suspirar exhausto.

—¿Por qué no respondes mis llamadas? —Inquiero.

Gabriel agarra su teléfono, y demuestra cómo el mismo se encuentra apagado.

Buena jugada, aunque no es así.

—Cuando te llamé estaba encendido, Gabriel —Inquiero.

Noto como se encoje de hombros.

Tal y como otras veces, Gabriel siendo el mayor de ambos se comporta como un niño que no quiere ser regañado por su mal comportamiento.

En otro momento hubiera reído, pero se me hace imposible en la situación en la cual estamos.

—Gabriel, muchos ya saben que soy el infiltrado —Indico.

Noto como la mandíbula de mi hermano se tiensa, y luego se levanta de la cama, hasta caminar hacia mí.