Infiltrado || Joerick

Capítulo 44

Joel

Permanezco en el cementerio un tiempo más, tratando de procesar todo lo dado recientemente.

Realmente, a pesar de haber disfrutado cosas mínimas que les pasaban a aquellos que me hicieron daño, sigo sintiendo que es realmente poco y...

Me siento vacío.

Miro mi teléfono y noto como no tengo ningún otro mensaje de parte de Erick, por lo cual opto por simplemente regresar a mi hogar.

En el camino en taxi, mi mente no para de pensar mi siguiente acción, teniendo absoluto cuidado con cada paso.

Y... recordar que hacer este transcurso cada vez que salga en taxi es realmente fastidioso.

Me encantaría poder seguir utilizando un automóvil, aunque seguro los demás se preguntarían por dónde saqué la plata para tenerlo, y... aunque Richard y Zabdiel ya saben la verdad, Johann aún no lo hace y, de todos, es el más inestable.

Johann podría simplemente explotar y lanzar todo de golpe, y por lo que siento desde que le conozco, debe ser algo que lo lleva guardando hace bastante.

Cuando me bajo del vehículo y decido pagar, suelto un suspiro y camino hacia mi hogar, sintiendo el ambiente un tanto extraño.

Demasiado silencio.

Alzo el ceño caminando hacia la puerta, y justo cuando voy a sacar la llave de mi bolsillo, mi corazón no para de latir con fuerza.

Siento el frío del arma tocarme la cabeza lentamente, y sonrío tratando de permanecer tranquilo.

—Atacar por la espalda no es lo más valiente del mundo —Aclaro, antes de que la otra persona no tarde en girarme.

Cuando le noto, trato de permanecer sorprendido, como si no hubiera sabido de parte del ojiverde que él ya sabe la verdad.

El padre de Johann se dispone a sonreír.

—¿Te parece bien si hablamos adentro? —Inquiere divertido.

Sonrío al instante, mientras levanto ambas manos.

—Como usted mande. Pero por respeto, agradecería si pudiera bajar la pistola —Explico, logrando que bufe.

Noto como accede y la guarda a un costado, mirando hacia ambos lados.

Se está arriesgando mucho al venir a mi casa.

Me doy media vuelta y comienzo a abrir la puerta, pensando en cuáles son mis salidas más efectivas a esta situación.

Cuando lo hago y comienzo a dar pasos hacia adentro, noto los pasos hacia mí mientras miro de reojo al espejo a mi lado, notando que el hombre ha levantado nuevamente el arma hacia mi cabeza.

Sonrío de lado antes de actuar.

Rápidamente, me giro velozmente moviendo el arma hacia uno de los lados.

Noto como ejerce fuerza para seguir mantiendola, aunque la patada que le doy en el estómago no tarda en hacer efecto y que el hombre jadee en busca de oxígeno.

Cuando cae al suelo y tengo el arma en mi mano, suelto un suspiro.

—Realmente no tengo idea el por qué de tu acción, pero me da pena —Admito, caminando hacia la puerta del hogar.

Cierro con seguro y vuelvo hacia él, notando como se levanta lentamente.

—Tú y yo... tenemos que hablar —Expresa.