Infiltrado || Joerick

Capítulo 27

Erick

El caos no demora en llegar a la Universidad.

Varios reporteros toman fotos afuera a medida que los alumnos comienzan a salir.

Todos esperan impacientes a la directora.

Observo alejado de todo junto a Yoandri.

Su abuelo aún no llega, lo cual nos parece raro a ambos.

Sin embargo, nos quedamos allí, alejados de la multitud, esperando a que Noemy se digne a salir.

Cuando eso sucede, varios guardias le acompañan.

La mujer tiene lentes colocados, y camina a paso decidido a medida que se acerca a su automóvil.

Los periodistas le toman varias fotos, creando un alboroto tremendo por tener la más cercana, y al menos que la mujer diga una sola palabra.

Sin embargo, eso nunca sucede.

Cuando la veo irse en su vehículo, varios periodistas la comienzan a seguir, y suelto un suspiro cuando giran hacia mí.

Me doy media vuelta evitando mirarlos, y al notar que se van, agradezco aquello.

Lo que menos quiero es aparecer en una portada en este momento.

—¿Por qué se habrá tardado tanto? —Inquiere el chico, algo exhausto buscando en su teléfono.

Cuando lo saca, noto como marca rápidamente el número de su abuelo.

Sin embargo, nadie responde.

—Que raro —Le escucho decir.

Suelto un suspiro notando como pasan a buscarme.

—¿Quieres mandarle un mensaje a tu abuelo diciendo que te llevaré yo? —Inquiero, Yoandri parece pensarlo, antes de simplemente suspirar y asentir con la cabeza.

Noto como le envía aquel mensaje a su abuelo, y luego se encamina hacia el vehículo a mi lado.

Cuando nos subimos al mismo, noto como el chico divaga un poco si decirle la dirección al chófer.

Pero... ni bien le sonrío, haciéndole saber que lo haga, no demora en responder.

Cuando lo dice, sé que ese barrio es de mucha baja economía, y que ocurren varios robos allí.

El chófer junto a mi guardia me observan al instante, esperando alguna indicación de mi parte.

Asiento con la cabeza y extrañados el automóvil se comienza a mover.

El viaje hacia el lugar no es tan largo a decir verdad, aunque sí se nota realmente el cambio cuando la calle comienza a volverse de tierra, y hay varios huecos en la misma.

Me mantengo observando todo, y noto como Yoandri juega con los dedos de sus manos, algo avergonzado.

Sin embargo, me encargo de regalarle una sonrisa amable.

A decir verdad siento realmente pena por el chico, que tenga que vivir en un lugar como este.

Se nota que es una buena persona.

Y... a decir verdad, me encantaría tener un vecino como él.

Cuando llegamos a su hogar, el chico no tarda en mirarme.

—¿Quieres pasar a saludar a mi abuelo? —Inquiere algo nervioso.

Asiento al instante.

Noto la mirada negada de parte de mis guardias y hago una mueca, ignorándolos.