Bruja de Luna ⭐The Weeping Monk ⭐

✨🌓15🌓✨

Phoebe

Había descansado, sin embargo, aún no me sentía al máximo. Y no, no estaba de humor para soportar a Nimue. Pero, la suerte no está a mi favor y hubo una junta. La única razón por la que me quedé ahí todo el tiempo era porque trataba de un tema importante. Era obvio que no nos podíamos quedar aquí para siempre. Las raciones de comida se terminaban y aunque la cacería ayudaba, no había suficiente para todos.

El problema era que no teníamos donde ir. No podíamos regresar a Grammer, mucho menos al antiguo refugio, que seguramente ya estaba destruido. Nimue no contribuía con ideas y seguía insistiendo en lo estúpido que era volvera escondernos, que deberíamos luchar. No estaba en completo desacuerdo, ocasionalmente vamos a tener que luchar para sobrevivir, pelear por el mero derecho que tenemos de existir, pero lo principal era asegurarnos ahora.

— ¡No podemos vivir escondidos! — gritó Nimue por enésima vez.

— Vale, vamos a luchar ¿y qué? — dije ya irritada. — ¿Le vas a dar armas que pesan más que ellos a los niños? ¿Vas a obligar a los ancianos a luchar? ¿Vas a arriesgar a gente que no sabe sostener una espada a perder su vida en la batalla? — Nimue iba a decir algo, pero yo aún tenía demasiado que decir. — Y supongamos que todo el mundo aprende a empuñar su espada y a luchar con dignidad ¿Qué vas a hacer con los heridos? ¿Los vas a dejar tirados para morir? ¿Y los campamentos? ¿La comida?

— ¡YA CÁLLATE! — rugió Nimue, pero no mi inmute.

— No. Cállate tú y escúchame — dije con fiereza, viéndola con irritación y superioridad, porque al parecer no iba a entender de otra forma. — ¡¿Crees que una guerra es fácil?! ¡Sí con valor se ganaran guerras nuestro pueblo habría ganado hace mucho! ¿Crees que Worth y todos los que murieron en esta playa no tenían el valor de luchar? ¡Claro que lo tenían, pero la guerra no es fácil! ¡No va a ganar quien mejores intenciones tenga, va a ganar quien tenga más poder y no lo tenemos! ¿Nuestro valor influye? ¡Claro que lo hace, pero no vamos a ganar en una batalla una guerra que lleva desde antes que nacieras!

— Con la poca determinación que tienes de dejar de huír ya entiendo porque la guerra sigue — espetó Nimue. — ¡Eres tan culpable de todas esas muertes como ellos, porque no haces nada para que puedan vivir!

Sus palabras me hacen cerrar mis puños con enojo. La cabeza me duele, pero no puedo solo retirarme.

— No es cobardía saber cuando esconderte, es inteligencia — digo con seriedad. Veo como muchos en la asamblea asienten a lo que digo, dándome a entender que están conmigo. — Te crees muy fuerte y valiente, Nimue, pero no sabes nada. Y si tanto crees que puedes ganar esta guerra, ve. Ve a intentar asesinar a los paladines con tu espadita y tus séquitos — la veía desafiante, sin ganas de ser intermediaria. O estaban conmigo o estaban contra mí, porque al parecer intentar satisfacer a todos no me servía de nada — tengo curiosidad de saber a cuántos puedes salvar.

Su mirada perdió la determinación, lo que hizo que una pequeña sonrisa victoriosa asomara mis labios.

— Creo... — carraspeó Alayah, intentando ganar la atención de la gente después de unos segundos de tensión — creo que está decidido. Phoebe y yo conocemos un lugar que podría servir mientras nos organizamos.

Asentí, sabiendo a qué se refería.

— No es una decisión que tú tomes – espetó Arturo e inmediatamente supe lo que iba a decir. — La reina tiene que decidir.

— Ya lo dije, vamos a organizarnos en un lugar seguro — dije. — Entonces creo que no hay nada más que discutir.

Salí de ahí sin darle tiempo a Arturo o a Nimue de reclamar. Sentía el peso de mi espada colgando de mis caderas, mientras que el puesto que interiormente había vuelto a asumir se concentraba en el peso de una corona imaginaria sobre mi cabeza. Aún así, sentí que la carga era menor, tal vez porque ya no tenía nada que perder.