✨🌕9🌕✨

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Phoebe

Gawain aún no despertaba. Un hechizo bastó para que sus heridas desaparecieran casi por completo. Aún así, necesitaba descansar. Le di un suave beso en la frente antes de salir de la enfermería. Pensaba en Lancelot. No creo que me haya mentido, o por lo menos no hizo nada. Me costaba entenderlo, sabía que ya no había nada que entender, que simplemente me traicionó, él mismo me lo dijo. Pero me es inevitable pensar en que miente. Llegué a la habitación, donde Alayah ya se encontraba acostada con Elizabeth. No hubo quejas de Worth, de hecho, quedó encantado con Elizabeth. Me acosté en mi cama, aún pensando en él.

¿Y si me mintió ese día en las cabañas? ¿Si solo era una actuación? El sueño de la otra vez demostró predecir el futuro, ¿qué tal si vio algo que lo asustó? Las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos por esas hermosas ilusiones que me hacía. ¿Por qué no simplemente podía aceptar que ya no me amaba? Era imposible hacerlo, incluso teniendo a Gawain, Lancelot no salía de mi mente. Estaba enamorada de él, estoy enamorada él y me es imposible negarlo. Mis ojos se fueron cerrando y deseé dormir para no vivir por unos momentos. Para dejar de sentir por unas cuantas horas y solo descansar tanto mental como físicamente. Pero incluso cuando ya estaba dormida, el descanso no llegaba.

Había una cascada. Sentía dolor, pero ya no importaba. Sabía que había llegado al final del camino. Todo en lo que pensaba era Lancelot, mientras caía. No sabía cómo llegue ahí, simplemente caía. No sentía fuerza, no reaccionaba. No podía ver ni oír nada, solo podía sentir. Sentir como mi cuerpo caía hasta impactar el agua. El impacto hizo que el dolor se acentuara, pero no salió ni un grito de mi boca. Mientras me hundía la vida iba abandonado mi cuerpo, no tenía fuerzas para luchar. Incluso la yo que estaba fuera del sueño estaba cansada de luchar. ¿No era eso que tanto había anhelado? Si, pero predecir su muerte no era agradable, mucho menos sin saber cuando era. Sintió sus ojos cerrarse otra vez y no los volvió a abrir.

El sueño terminó. Ella había anhelado mucho la muerte, pero ahora ya no estaba lista para ella. Había recuperado a su amiga, tenía una nueva oportunidad, un nuevo propósito. Todavía no se podía ir. Necesitaba ayudar a Nimue, a los inefables. Quería hablar con Lancelot una última vez, tenía que hacerlo.La sensación ya no la dejó dormir. Pasó la noche entera, mirando a la nada, sin pensar de más en al situación. No sabía cuando iba a pasar, tal vez aún tenía tiempo.

— ¡Qué sorpresa! ¿Phoebe madrugando? Eso si que no me la esperaba — dijo Alayah al despertar junto a la pequeña Elizabeth.

Me esforcé en darle mi mejor sonrisa, aunque salió algo triste.

— Ya ves, me sentí un poco mal por hacerle eso a ese hombre — mentí.

Alayah me vio con ternura.

— Tienes buen corazón, incluso después de tanto, pero no te sientas mal, se lo merecía.

Asentí con la cabeza y aparecí dos manzanas. Una para cada una, eso era desayuno suficiente. Apenas le dábamos la primera mordida, cuando tocaron la puerta. Me levanté de la cama para abrir la puerta, encontrándome a Kase.

— Buenos días Kase — dije con una sonrisa cansada.

— Buenos días, Nimue te necesita en la herrería — me informó.

— En un momento voy, gracias por el aviso.

Kase asintió con la cabeza antes de alejarse de la habitación. Cerré la puerta soltando un gran suspiro. No quería hacer nada, sinceramente, quería quedarme en mi cama y no pensar en nada relacionado con la muerte. Alayah me vio con burla.

— Voy a ir a ver que quiere y a ver a Gawain — le avisé.

— Ese Gawain no está feo, eh — dijo pícara.

Bruja de Luna  ⭐The Weeping Monk ⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora