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Phoebe

Desperté exaltada y con las lágrimas mojando mis mejillas. Lo había visto otra vez, fue exactamente el mismo sueño de la otra vez. El molino en llamas, con los inefables adentro gritando desesperados por ayuda, pero no había salida. Él estaba ahí, viendo todo sin decir nada, mientras los paladines festejaban y yo veía todo a lo lejos sin poder hacer nada. Me limpié las lágrimas rápidamente, sin querer que ellas vieran mis ojos cubiertos de lágrimas.

Nunca había soñado lo mismo dos veces y de alguna forma supe que algo no estaba bien. Aún percibía el olor del humo y el calor del fuego que consumía el granero. Lo sentía con una intensidad abrumadora, que me hacía imposible no imaginar la escena pasando frente a mi. La lluvia había caído mientras dormía, mojando mis ropas. Pero el agua no le ganaba al fuego que sentía me que consumía.

Me quedé pensando en la nada, sin intenciones de hablar con ninguna de mis acompañantes. Jugaba con la tierra húmeda que había junto al árbol, intentando aminorar la quemazón que el fuego imaginario me producía en las manos. Nunca me había pasado esto. Nunca sentí que mis sueños fueran tan reales. El tiempo pasó, sin que me diera cuenta, lo sentía correr sin control, sin sentirme realmente participe de él.

En cierto punto escuchamos el trote de los caballos. La paz se esfumó cuando vimos a gente del rey ir hacia las ruinas del castillo. Murmuré una maldición mientras las tres nos levantábamos rápidamente para ir a avisar a Nimue antes de que ellos llegaran. Me monté en Nightmare para ir hacia el castillo. Pude llegar antes que Morgana y Kase, viendo que Nimue estaba a punto de darle la espada.

— ¡Nimue! — dije mientras las chicas me alcanzaban. — Debemos irnos, vienen los hombres de Pendragon.

Nimue vio a Merlin, sintiéndose traicionada. No sabía si había sido su culpa o realmente esto no lo tenía pensado, aunque por su cara estaba segura de que realmente no sabía nada al respecto. Morgana llegó con el caballos de Nimue, quien se montó inmediatamente en el, partiendo de inmediato. Yo estaba a punto de irme, pero Merlin me detuvo.

— Por favor, cuídala — suplicó — esto no lo planeé yo —. Lo vi con compasión, asintiendo suavemente con la cabeza. — Y Phoebe... lamento lo de antes.

— No podemos juzgar a las personas hasta que el quien es se vuelve un quien fue — hice una pequeña pausa. — Yo también lo lamento.

Sin decir nada más, salí detrás de las chicas, cabalgando rápidamente. Cuando las alcancé, Nimue iba en silencio, mientras Kase y Morgana se dedicaban miradas curiosas. Las adelanté, alcanzando a Nimue sin decir palabra.

— ¿Quieres saber que pasó? — preguntó en un susurro.

— Si no quieres hablar de eso, no tengo problema — dije sin importancia. — Solo te quería decir que no creo que él lo haya planeado — dije refiriéndome a la llegada de los hombres de Pendragon.

— No lo sé... — dijo dudosa — lo vi matar a gente inocente...

— Merlin nunca mató inocentes — le corté. — No sé cual de todas las escenas viste, pero siempre que algo así pasaba las personas que morían no eran buenas.

— Pero... no lo parecían... había niños — seguía sin creérselo.

— ¿Recuerdas que te dije que él tenía una forma diferente de hacer el bien? — Nimue asintió. — Es esa: matando. Mató a los líderes y a sus hijos para que no hubiera quien continuara con lo que intentaba destruir con la espada — expliqué. — Y no te confundas, no lo justifico, la violencia nunca se va a terminar con violencia, pero no lo hacía por ser malo, era una forma de justicia diferente.

Bruja de Luna  ⭐The Weeping Monk ⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora