𝗣𝗼𝗱𝗲𝗿𝗲𝘀 𝗲𝗺𝗯𝗮𝗿𝗮𝘇𝗼𝘀𝗼𝘀

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Era raro ver superhéroes en épocas antiguas, por eso, conforme pasaba el tiempo, la gente iba olvidándose de que el tiempo estaba lleno de posibilidades, posibilidades que eran coincidencia una en un millón. Y ahora, ¿Avonlea sería capaz de presenciar una de esas posibilidades?

Gilbert pasó toda su vida soñando con salvar vidas, de cualquier forma.. De poder ayudar a las personas a seguir adelante, curarlas por dentro y por fuera. El dolor de haber perdido a su padre lo hizo tomar la decisión de ser doctor, el mejor de todos, y darle una oportunidad que no pudo darle a la persona más importante de su vida.

Ni siquiera supo que le pasó cuando pensó en usar sus poderes solamente para vengarse de Peter. El odio y los celos le habían invadido por completo, y lo hicieron olvidarse de todo lo que había estado soñando, de todo lo importante.

(...)

La visita del doctor había demorado más conforme pasaban los segundos; para todos los presentes ahí, el tiempo era oro en esos momentos, y no podían desperdiciar ni un sólo minuto más.

Diego, totalmente angustiado, caminaba de un lado a otro, con una mano en su mandíbula. Se sintió culpable, desde que su navaja perforó la piel de Gilbert.

Desde los sofás, el resto de los Hargreeves, acompañados de Peter, miraban a Diego, esperando a que pudiera tranquilizarse. Habían estado repitiéndole que nada de lo sucedido había sido su culpa, pero él se negaba a aceptarlo.

-Diego, ¿puedes sentarte? Estás terminando con mi paciencia.- masculló five desde su lugar, dejando salir cada palabra como amenaza.

El moreno le dirigió una mirada asesina a su pequeño hermano, no entendía como five podía estar tan tranquilo, como si no hubiera motivos para preocuparse.

Pero claro que Five conocía esos motivos, él más que nadie estaba muriéndose de la culpabilidad y la angustia, creía que realmente todo había sido culpa suya, e incluso creía que nunca debió regresar con Peter.

-Five, le lancé una navaja a Gilbert, lo herí, ¿Cómo esperas que esté? ¿Sentado viendo como pasa el tiempo? No, me rehúso.- habló exaltado, claramente parecía que nadie entendía su angustia, tenía ganas de golpearlos a todos.

-Lo sé, Gilbert es mí amigo, también me preocupa, pero estar caminando de un lado a otro no va a ayudar en nada, Diego.- respondió de manera estricta a la previa respuesta de su hermano.

Había hecho razonar al moreno, pues enseguida se sentó en uno de los sofás y respiró hondo para poder tranquilizarse. Posteriormente a eso, se escucharon golpeteos en la puerta, señal de que el médico ya había llegado y estaba esperando en la puerta.

Allison caminó casi corriendo hasta la puerta, para abrirla sin pensarlo, dejando ver al viejo que iba a curar a Gilbert. Se presentó y luego saludó a cada uno de los hermanos Hargreeves, quienes impacientes miraban al pobre médico, escudriñándolo de arriba a abajo.

-¿Dónde está el paciente?- interrogó mirando a todas partes de la casa, esperando por alguna respuesta o comentario. Klaus se acercó a él curioso, con una sonrisa divertida, en afán de incomodar.

-OH, el paciente está por allá.- apuntó con su dedo índice a la habitación del fondo, que era donde habían estado durmiendo Peter y Five desde que el azabache y Gilbert terminaron su relación.

El médico, indiferente, caminó hasta la habitación mencionada. Five le siguió por detrás junto a Klaus y Diego, querían escuchar todo lo que el médico tenía por decir, y verificar que todo estuviera bien.

Cuando todos entraron a la habitación, miraron hacia la cama en donde habían dejado a Gilbert recostado, y quien curiosamente ahora estaba sentado, aparentemente bien, colocándose una gasa sobre la herida.

🥀𝐋𝐢𝐩𝐬 𝐥𝐢𝐤𝐞 𝐜𝐨𝐟𝐟𝐞𝐞🥀 𝒻𝒾𝓋ℯ 𝓍 ℊ𝒾𝓁𝒷ℯ𝓇𝓉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora